Richard Gere está haciendo un gran esfuerzo en la elección de papeles, a fin de que éstos sean más acordes a su madurez interpretativa. En la reciente «La gran estafa» conseguía, gracias a dicho cambio de estrategia, la que sin duda es hasta la fecha la mejor interpretación de su carrera encarnando al escritor Clifford Irving que se inventó la biografía de Howard Hugues. En «La sombra del cazador» trata de lograr un poder de convicción similar dando vida a un veterano reportero de guerra. Ha confiado en el cineasta más adecuado para sus intenciones, puesto que Richard Shepard dirigió a Pierce Brosnan en «Matador», donde el actor irlandés se deshacía con éxito de la imagen estereotipada de James Bond al personificar a un cínico asesino a sueldo.

El corresponsal de guerra al que presta su físico Richard Gere es un hombre al que le gusta estar en primera línea de fuego, allí donde se vive el peligro de los conflictos armados. El hecho de haber perdido los nervios durante la grabación de uno de esos reportajes le relega a la retaguardia, hasta que encuentra la situación propicia para volver a la acción y demostrar a sus jefes que todavía está en plena forma. Diez años después de acabar la guerra de los Balcanes le es encomendado hacer un seguimiento de las fuerzas de pacificación, pero ve en ello una oportunidad que ni pintada para adentrarse en los horrores bélicos y las heridas aún por cicatrizar. Acompañado de su fiel cámara, cometido del que se ocupa el actor afroamericano Terrence Howard, entrevista a uno de los mayores criminales de guerra. Para cumplir su peligrosa misión deberá confiar en su instinto, además de mantener a raya al hijo de uno de los directivos de la cadena, designado para informar de sus movimientos y asegurar el poder manipulador en la distancia.