El cadáver de un niño de cinco años de edad, cuya identidad no fue revelada por fuentes oficiales, fue localizado sobre las diez y media de la noche de anteayer por la Policía Municipal de Sestao. El cuerpo estaba sumergido en el interior de una charca en terrenos de la antigua empresa Aurrera, ubicada en la calle Rivas.

Según informó el Departamento de Interior del Gobierno de Lakua, la desaparición del menor fue comunicada a la Policía local de Sestao sobre las tres y media de la tarde de anteayer por parte de sus abuelos, con quienes vivía el pequeño.

Al parecer, la víctima había estado jugando con un niño de siete años de edad, quien volvió a su casa, mientras el de cinco años no apareció hasta ser localizado muerto por los agentes. La charca en la que fue encontrado tiene una profundidad de algo más de un metro, «suficiente para que el menor se ahogara», informaron las mismas fuentes.

La Ertzaintza ha abierto una investigación para tratar de determinar las causas de este suceso. El Departamento de Interior informó ayer de que estaba previsto que se le practicaría la autopsia al menor fallecido, aunque los indicios apuntaban a un accidente.

Muere el menor de Fabero

Por otro lado, Antonio Ordóñez López, el niño de 4 años de la localidad leonesa de Fabero que motivó la solidaridad de múltiples entidades y vecinos para ayudarle a superar un cáncer con un tratamiento en una clínica de Nafarroa, murió a las 7.00 horas de ayer, según confirmaron fuentes próximas a la familia. La familia del niño tiene previsto trasladar sus restos mortales a Fabero.