ELECCIONES AL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE LA REAL SOCIEDAD SAD
La responsabilidad de los ganadores
Joseba ITURRIA
La elección con un gran apoyo de votos de la candidatura liderada por Iñaki Badiola obliga a un ejercicio de responsabilidad del nuevo Consejo y de todos aquellos que votaron a favor de la única candidatura que se atrevió a presentarse. Ellos fueron los ganadores de una noche en la que las principales conclusiones que cabe sacar es que el mensaje populista de Badiola ha generado una gran ilusión en los aficionados y que la Real está en manos de los pequeños accionistas y de los aficionados que acuden cada domingo a Anoeta. Nadie ha querido enfrentarse a ellos y, por si quedaba alguna duda, nadie quiso postularse ayer en un Anoeta que registró una masiva presencia de esos pequeños accionistas que, siempre que se lo propongan, decidirán en la Real. Se demostró que el deseo de los denominados poderes fácticos y grandes accionistas y de muchos pequeños que no se han dejado cautivar por Badiola está supeditado a la mayoría de abonados que tienen cinco acciones y ocupan su asiento cada quince días en Anoeta. Ellos, alentados por un medio de comunicación que está tan arrepentido del seismo que ha provocado como algunos de los que lo secundaron, fueron los que obligaron al Consejo de María de la Peña a dimitir cuando hacía lo que único que puede hacer una directiva en la Real Sociedad y ellos fueron los que consiguieron que el grupo liderado por Iñaki Badiola fuera elegido ayer por cinco años.
Todos ellos son los responsables de que desde ayer sea presidente de la Real, de que nadie más haya querido presentarse y de lo que pueda pasar de ahora en adelante. Para lo bueno y para la malo. Badiola ha garantizado cosas que no se han confirmado y se ha marcado previsiones imposibles de cumplir y el mayor problema llegará si el accionista se siente frustrado y engañado porque no se cumplen las altísimas expectativas que se ha puesto Iñaki Badiola sin necesidad. Porque bastante desconfianza ha generado el presidente entre aquellos que debían ser sus apoyos importantes como para los que han confiado en él se vuelvan en su contra.
Es impredecible lo que puede pasar a partir de ahora en la Real. Badiola ha cambiado tantas veces sus planteamientos en pocos meses, ha comprometido tantas veces su palabra, ha generado tantas expectativas de cambio que se puede ver obligado a hacerlos desde su desconocimiento de la realidad del club que preside. Lo único que cabe pedir a Badiola es que no cambie lo bueno que se encuentra en la Real. Tiene al entrenador ideal para sacar adelante al club y a una plantilla muy unida y comprometida que no puede dinamitar con la llegada de más jugadores que aquellos pocos que resulten necesarios y mejoren lo que hay con un rendimiento inmediato. Va a tener a su lado a los aficionados más descontentos y que se han entregado ilusionados a su verbo populista, con lo que el ambiente en Anoeta mejorará a corto plazo. Muchos creen que la Real no puede empeorar con él, bajo la idea de que ha tocado fondo. Como dijo Murphy, todo es susceptible de empeorar. Dijo Badiola que la Real podía desaparecer en ocho meses sin entraba, y como salga mal esto, el futuro es preocupante. Por eso hay que pedirle a él y a todos los que les apoyaron que sean responsables y que apoyen al equipo, que no cambien lo que esté bien y que esperen un tiempo antes de tomar decisiones sobre lo que está mal. El futuro de la Real está en sus manos y ahora ya no vale con alegrar con palabras bonitas cada oído porque cada uno quiere escuchar cosas distintas. Lo importante es que todos los ojos quieren ver lo mismo, que la Real gane partidos en Primera.