Bush trata de arrastrar a los regímenes del Golfo a su estrategia contra Irán
El presidente de EEUU, George W. Bush, inició ayer una visita de cuatro días a los países del Golfo para intentar arrastrar a sus regímenes monárquicos, que dependen de Washington para su propia supervivencia política, y alinearlos con su estrategia contra Irán.
GARA |
Con su llegada en la tarde de ayer a Kuwait, Bush inició su visita, de cuatro días de duración, a la Península Arábiga con el objetivo de alinear a los regímenes monárquicos del Golfo con su estrategia contra Irán .
Antes de su salida de Washington en este largo periplo, el primero de su ya larga Presidencia, Bush declaró que su objetivo era «promover la paz entre Israel y los palestinos» pero, a la vez, «contener las ambiciones agresivas» de la República Islámica de Irán, vecina de las petromonarquías árabes del Golfo Pérsico.
En Israel, el inquilino de la Casa Blanca repitió su calificación de Irán como «amenaza mundial» e insistió en negar a Teherán el derecho a desarrollar un programa nuclear que, a los ojos de Bush, podría garantizarle a futuro el arsenal nuclear inaugurando una nueva correlación de fuerzas con su principal aliado en la región, la potencia nuclear judía.
Bush lleva en su cartera su manido mensaje: EEUU no dejará que sus aliados sucumban pero no recurrirá a la fuerza sin haber agotado todos los medios diplomáticos.
Dependencia y miedo
Pese a que dependen de Washington para perpetuar sus regímenes y pese a la inquietud que les genera el gran vecino chiíta, los corruptos monarcas del Golfo temen aún más que una agresión militar de EEUU contra Irán tendría graves consecuencias para su propia supervivencia política.
Altos responsables kuwaitíes han reiterado estos últimos días sus preferencias por una solución pacífica de la crisis. Y eso que el régimen no olvida que fue el padre del actual presidente, George Bush, quien permitió su regreso al poder tras la anexión por parte del Irak de Saddam Hussein que desembocó en la Guerra del Golfo de 1991.
Desde entonces, las relaciones se han reforzado y, en virtud de un pacto vigente hasta 2012, EEUU garantiza la seguridad de Kuwait. Este país alberga una de las mayores bases estadounidenses en la región, Camp Arifjan, que sirvió de base principal para la invasión de Irak en 2003.
Chiítas en Bahrein
Habida cuenta de que el 60% de los bahreiníes son chiítas -pese a que el poder está en manos de una línea dinástica chiíta-, la llegada de Bush el sábado es duramente criticada por la población. También por sunitas y por organizaciones de izquierda.
La prensa de estos países no ha dudado en criticar los planes del visitante. «Queremos iniciativas inteligentes, no bombas inteligentes», rogaba ayer el kuwaití Al-Rai. «Bush quiere transformar el conflicto árabe-israelí en conflicto árabe-iraní», denunciaba Al-Jaleej, de los Emiratos Árabes Unidos.
Con lágrimas en los ojos, Bush visitó el memorial del Holocausto en Jerusalén. Con la cabeza cubierta por una kippa, estuvo acompañado por los principales líderes israelíes. Luego se trasladó a Galilea.
Durante su estancia en Israel y en los territorios ocupados, Bush ha dado su apoyo al primer ministro, Ehud Olmert, desfondado en los sondeos, a riesgo incluso de que se le pudiera reprochar una injerencia clara en los asuntos políticos internos israelíes.
«Cuiden de Olmert para que siga en el poder. Es un dirigente fuerte y le tengo en gran estima», aseguró Bush en una cena el jueves en la residencia del primer ministro. Llegó incluso a criticar los ataques de que este último es objeto al describir la política israelí como «un combate de karate. Nunca sabes de dónde vendrá el próximo golpe».
El, en la cena, prolijo inquilino de la Casa Blanca no cesó en sus alabanzas hasta que fue conminado a ello por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
No obstante, su alineamiento con Olmert no convenció a algunos de los presentes, como el viceprimer ministro, Eli Ishai, quien insistió en que su formación ultrasionista dejará el Gobierno si Jerusalén entra en la mesa de negociaciones. Ishai leyó a Bush salmos que destacan el lugar esencial de esta ciudad en la historia del judaísmo.
En su visita a Irán, el responsable de la Agencia Internacional de Enérgía Atómica, Mohamed ElBaradei, instó a Teherán a acelerar la cooperación «para clarificar todas las cuestiones en suspenso».