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Asociaciones culturales defienden el patrimonio lingüístico cántabro

La plataforma Esclave está reuniendo adhesiones a un manifiesto en defensa del patrimonio lingüistico cántabro, cuya pervivencia considera «en franco peligro». La iniciativa busca que el Gobierno de Cantabria declare este patrimonio Bien de Interés Cultural.

GARA | DONOSTIA

La preocupación por «el patrimonio cultural y lingüístico autóctono de Cantabria», cuya pervivencia consideran «en franco peligro», ha llevado a las asociaciones L'Argayu, Rede, Aición por Cántabru y Asubiu a crear la plataforma Esclave (huella), que está recogiendo adhesiones en torno a un manifiesto que quiere ser «un llamamiento, a la sociedad en general y a las instituciones en particular, para que apoyen y se impliquen de forma decidida en el estudio, promoción y divulgación de este legado cultural de singular valor».

En el caso particular de las instituciones, esa implicación debería traducirse en la declaración de ese patrimonio lingüístico como Bien de Interés Cultural, lo que supondría «una obligación por parte de los poderes públicos de adoptar todas las medidas necesarias para garantizar su transmisión a las generaciones venideras».

La iniciativa, sobre la cual puede encontrarse información en esclave.wordpres.com, cuenta ya con el respaldo de varios centenares de firmas, entre las que destacan las de algunos especialistas en el tema, como José Eloy Gómez Pellón y Susana Sánchez Rodríguez, de la Universidad de Cantabria, o José María Alonso del Val y Francisco Domingo Gutiérrez, del Centro de Estudios Montañeses, así como las de asociaciones culturales de localidades como Culindres, Argoñus, Hinojedu o Comillas.

«Fuerte proceso de recesión»

El manifiesto destaca que es «un hecho histórica y filológicamente documentado que en Cantabria evolucionó desde el latín, de forma particular, una realidad lingüística patrimonial emparentada con el tronco astur-leonés, adaptada y modelada durante siglos a una serie de factores, tales como el medio, el clima, la fauna, la flora, la etnografía o la historia».

Los promotores del manifiesto hacen notar que «la variedad lingüística es un ejemplo de riqueza cultural y, como tal, merece ser objeto de especial atención en unos tiempos como los actuales, en los que, por diversos motivos, la uniformidad cultural está creciendo a costa de la extinción de formas singulares e irreemplazables de comunicación social».

En este contexto, Cantabria posee «un patrimonio original y diverso, actualmente operativo, pero sometido a un fuerte proceso de recesión, de manera que en poco tiempo podríamos asistir a su completa desaparición».

Las asociaciones culturales que impulsan la iniciativa consideran «enriquecedor para el desarrollo del individuo en sociedad poder reconocerse cotidianamente en sus formas patrimoniales de expresión, todas igualmente respetables y valiosas, legarlas a las generaciones venideras y conservarlas como aporte especialmente significativo a la variedad cultural de la Humanidad». Recuerdan, asimismo, que la Carta Europea de las Lenguas «reconoce la importancia del registro y conservación de la riqueza lingüística de un territorio, y es la misma Ley 11/98 de Cantabria la que señala esta realidad lingüística como parte integrante del patrimonio cultural inmaterial de nuestra Comunidad, con una extrema vulnerabilidad por su propia esencia y características».

DESDE EL LATÍN

«Es un hecho documentado -puede leerse en el manifiesto- que en Cantabria evolucionó desde el latín una realidad lingüística patrimonial emparentada con el tronco astur-leonés».

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