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Izaskun Guarrotxena y Maite Segurola Euskal Herriko Bilgune Feminista

¡Aborto libre y gratuito ahora!

Pero no sólo los supuestamente progresistas utilizan el «tema mujer» como bandera de campaña. Es algo que se hace sin prejuicios desde cualquiera de los partidos

En los últimos meses y, sobre todo semanas, el aborto ha vuelto a salir a la palestra de los medios de comunicación y los juzgados. Y no es para menos, pues este tema tan controvertido es una lucha histórica del movimiento feminista que no acaba de ser lograda. Aun así, esta vez la intencionalidad del Gobierno del Estado español en sacarla es más bien dudosa.

Se esta haciendo, desde los sectores mas conservadores, una interpretación alarmista e intencionada en torno al aborto. Las detenciones, las sospechas infundadas en torno a la practica transparente de clínicas para la interrupción de embarazos o el llamamiento a veintiocho mujeres a declarar sobre unos hechos acaecidos hace un año son una señal clara de que las conquistas mínimas -y sin embargo insuficientes- logradas en torno a nuestros derechos por la lucha de tantas mujeres están en tela de juicio.

Si unimos a este hecho el desfile celebrado por la Iglesia católica en torno a la familia tradicional y todo lo declarado por los obispos en dicha celebración podríamos decir que el baile de votos para marzo ya ha comenzado. Y además, con un objetivo añadido: atacar contra la libre elección de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, contraponiendo el derecho a la vida y los derechos de las mujeres.

Vemos como, cada vez que se acercan algunas elecciones, los partidos políticos utilizan ese recurso tan fácil de hablar sobre las desigualdades que vivimos las mujeres y sobre qué soluciones nos van a dar cuando las ganen. Pero después de acabada la campaña nos encontramos con otro fraude, otra promesa convertida en agua de borrajas. En este caso tenemos pruebas: el PSOE prometió hace cuatro años abordar el tema del aborto cuando estaba en campaña. Y han recordado su promesa ahora, cuatro años más tarde, otra vez en campaña, con propuestas que hacen publicas pero que no son ni siquiera formalizadas.

Pero no sólo los supuestamente progresistas utilizan el «tema mujer» como bandera de campaña. Es algo que se hace sin prejuicios desde cualquiera de los partidos.

Las mujeres estamos hartas de que nuestra imagen y forma de ser, pensar, sentir o vivir sea utilizada de manera moralista y vendida a precio de voto; de voto barato, pues sale barato mentir tan descabelladamente y no hacerse cargo de las consecuencias. Necesitamos y exigimos que se pongan medios para cumplir lo prometido.

Es controvertido hablar de la modificación de la Ley del Aborto en un estado que vive en una apariencia democrática que está muy lejos de la realidad. Pocos se atreven en plantear algo que seguramente acabará echándoles del poder o cortándoles el acceso a él. Las razones son simples: la influencia y el poder de la Iglesia católica tanto en el Estado español como en Euskal Herria es inmensa; y tampoco conviene hacer muchos cambios, no vaya a ser que el estado patriarcal de bienestar para unos pocos se vaya a pique.

El ejemplo mas claro lo tenemos en casa, en Nafarroa, donde el Opus Dei habla y los políticos de la derechona asienten gustosamente. Los lazos entre la Iglesia y el poder político son muy fuertes y chocan frontalmente con la consecución de los derechos de las mujeres, como tan claro quedó en las mociones presentadas en el Parlamento navarro allá por septiembre del año pasado.

¿Cómo pueden hablar de más supuestos o de flexibilidad de plazos cuando la ley misma no se cumple? ¿Cómo poner en duda el trabajo de las clínicas de interrupción cuando el 98% de las interrupciones en el Estado español se producen en ellas, pues a las mujeres se las deriva a éstas desde los centros de sanidad públicos?

Las mujeres en Euskal Herria vivimos diferentes realidades, dos estados y tres administraciones que no afrontan el derecho a abortar de la misma forma. Y aunque en el Estado francés tengamos la ley de plazos donde se permite la interrupción hasta las doce semanas, tenemos claro que ni podemos decidir libremente sobre nuestro cuerpo ni se garantiza el aborto por la sanidad pública, y tenemos que acceder a la privada en muchas ocasiones.

Tenemos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y los políticos tienen el deber de garantizarnos dicho derecho. Por eso llamamos desde el Bilgune Feminista a todas las mujeres para que no den un paso atrás. La lucha que no hace tantos años se dio desde el movimiento feminista nos tiene que valer de inspiración para dar nuevos pasos hacia una Euskal Herria donde ejerzamos formalmente nuestros derechos, como por ejemplo en este caso, el derecho a abortar libre y gratuitamente.

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