José Manuel Alberdi Elorza «Burruntxali», escultor de prestigio internacional, falleció en la madrugada de ayer en la localidad de Denia (Alicante), donde residía desde hace tres décadas. «No vivo en el mismo Denia, sino en Jesús Pobre, un pueblo que está detrás. Allí fui a vivir con mi mujer, cuya salud no podía soportar este clima». Así lo contó él en la entrevista que GARA publicó el 11 de abril de 1999, con motivo de su visita a Donostia para presentar la exposición que giraba en torno a trece cabezas de Lope de Agirre. Entrevista llena de anécdotas, historias adsombrosas e ironía, de la que el redactor guarda grato recuerdo.

Escultor polifacético, nació el 29 de mayo de 1922 en Azkoitia, donde desde muy pequeño se introdujo en el mundo de la talla de madera trabajando en las decoraciones tradicionales de Euskal Herria. «Yo hacía dibujos desde niño, «santos» los llamaba. Por mediación de un amigo de mi padre, me llevaron un día ante Zuloaga, quien dijo: Este chaval tiene futuro». Así pudo entrar, para estudiar dibujo y escultura, en la Escuela de Artes y Oficios de Donostia, a pesar de que no tenía dieciséis años, sino sólo trece. «Yo era un grandullón y todos hacían la vista gorda. Al final del curso, sin embargo, no me pudieron dar los cinco primeros premios que había ganado. Y, joder, cómo lloré», en palabras del propio «Burruntxali».

Hijo de un tabernero de Azkoitia condenado a muerte en el penal de Santoña, durante la guerra se vio obligado a abandonar su pueblo en 1937 y a refugiarse, junto a sus hermanas, en Inglaterra, donde ingresó en la Escuela de Arte de Maidenhead.

Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en las fábricas de guerra de Birmingham hasta 1942, construyendo tanques. «Mi ilusión era sacar el título de delineante y quedarme a trabajar en la sección de dibujo, pero, como era extranjero, no se fiaban de mí, porque podía ser espia. Lo curioso es que luego me pusieron a hacer el prototipo del famoso carro «Churchill», para lo que me daban planos sellados con la inscripción «Top Secret»».

Obtuvo una beca de la Fundación Juan Luis Vives para estudiar Ingeniería Civil, estudios que abandonó para dedicarse exclusivamente a la escultura. Fue nombrado profesor de escultura en el Saint Martins School of Art de Londres en 1947, cargo que abandonó diez años después para dedicarse de lleno a su obra. En 1952 fue nombrado miembro de la Royal Society of British Sculptors.

Más de un escritor se interesó en su vida para escribir una biografía, aunque «no hubo manera». Artísticamente decía ser hijo del escultor inglés Henry Moore y partir del realismo. Realizó un busto de Piru Gainza, del que su hijo dijo «es él», y conoció al Lehendakari Agirre en Londres, donde posó para él, que realizó un busto que se encuentra actualmente en Ajuria Enea.

Obras destacadas

En Euskal Herria, tiene un «Aitor» en Gasteiz, una obra en la parroquia del Corpus Christi en Bilbo y el «Pelotari» del Antiguo en Donostia, así como el «Homenaje a Euskal Herria» en su pueblo natal. También hizo un «San Ignacio» para los jesuitas de Loiola, «quienes me maleducaron de crío en Azkoitia».

En el extranjero, destacan la obra de la central del Barklays Bank de Londres, el «Alma Mater» de la universidad de Oxford, el «Consumatum est», expuesta en la Real Academia de Londres, «La hice a hostia limpia con una maza especial que yo había diseñado y me dió mucha fama», así como «La familia», obra en manos del Papa. Sus últimos años los dedicó a esculturas de gran tamaño, donde cosechó sus mayores «exitos».

En 2006, «Burruntxali» legó su obra a su pueblo natal, Azkoitia, donde se organizó durante todo el año una exposición. Entre sus obras más relevantes, se encuentra el cristo que está ubicado en la Parroquia de Azkoitia, obra realizada en honor a sus padres.