«Se trata de una práctica que se aplica a los ciudadanos vascos sistemáticamente». Así se refieron sobre la tortura los vascos que secundaron las manifestaciones de Iruñea y Lesaka, convocadas a raíz del último episodio de maltratos registrado en Euskal Herria en las personas de Igor Portu y Mattin Sarasola. Unas 2.000 personas recorrieron las calles de Iruñea bajo el lema «Errepresioa ez da bidea. Torturarik ez», y otras 600 hicieron lo propio en Lesaka, localidad de Sarasola y Portu.

La convocatoria se realizó por parte de personas que han denuncuado haber sido torturadas en distintas épocas. Durante el recorrido de la capital navarra se corearon repetidamente consignas contra la tortura y la represión, y también otras como «Utzi bakean, alde hemendik», en referencia a la salida de las fuerzas armadas españolas y francesas.

Al finalizar las marchas, en Iruñea en el Paseo Sarasate y en Lesaka en Herriko Plaza, los convocantes recordaron que «el Gobierno español utiliza la violencia más cruel en contra de los ciudadanos vascos para acabar con la lucha a favor de la independencia», indicando que «en cualquier Estado democrático esto sería un escándalo». Por tanto, concluyeron que el español «no es un Estado democrático; su discurso es igual que los el de los estados fascistas que justifican las torturas en versiones oficiales: que se han autolesionado, que las lesiones se produjeron durante la detención...».

Recordaron que las denuncias de torturas suelen resultar normalmente archivadas y que en el caso de que existan procesamientos y condenas, los culpables son indultados, incluso siendo ascendidos posteriormente en sus cargos. «Como consecuencia, las torturas físicas y sicológicas se realizan sin ningún tipo de coste y, por tanto, sus autores gozan de total impunidad para continuar con esas prácticas».

Indicaron que los casos de Sarasola y Portu «no son casos aislados, y no serán los últimos. Cabe recordar que Sarasola relató la amenaza de que acabaría como Zabaltza, aparecido muerto en el río Bidasoa tras `desaparecer' del cuartel de Intxaurrondo. Ahí están las denuncias de Kalparsoro, Iratxe Sorzabal y los jóvenes de Burlata».

«Los responsables»

Explicaron que con la incomunicación y los malos tratos «obtienen autoinculpaciones y pretenden extender el miedo entre la ciudadanía vasca para que el proyecto independentista no se materialice». En cuanto a los responsables, indicaron que «el PSOE y la Audiencia Nacional, con su silencio y negación, están apoyando esta práctica; sin ellos no serían posibles».

Además de exigir «la retirada de las fuerzas de ocupación y la supresión de la Audiencia Nacional y la ley Antiterrorista», así como que los medios «cuestionen la veracidad de la información policia», los convocantes denunciaron la actitud de UPN, PSN y CDN, «que han felicitando a la Guardia Civil, avalando la tortura», y criticaron «las lágrimas de cocodrilo de NaBai, que hasta que ha habido un hospitalizado no se ha pronunciado, olvidándose de Xabier Urdin y Gorka Lupiañez».

También llamaron a «reforzar la presión social que hará posible el fin de la tortura» y a «organizarse y responder».