LOS GRAFITOS SUSCITAN CONTROVERSIA
Destacados expertos discrepan abiertamente sobre los hallazgos de Iruña-Veleia
La Comisión Científica de Asesoramiento que la Diputación de Araba ha creado en torno a los grafitos hallados en Iruña-Veleia está ya en marcha. Su función es alcanzar «un consenso» entre los investigadores que hoy no existe. Mientras los responsables del yacimiento mantienen que son piezas de entre los siglos III y V, GARA ha podido constatar que el escepticismo está muy generalizado entre especialistas de diversas disciplinas.
Haritz RODRIGUEZ y Martin ANSO | GASTEIZ
La Comisión Científica de Asesoramiento que el Departamento de Cultura de la Diputación de Araba ha creado para que emita un informe definitivo sobre los grafitos con textos en euskara, representaciones cristianas y jeroglíficos hallados en Iruña-Veleia se reunió el miércoles por primera vez y ha dado inicio a un proceso de estudio cuyas conclusiones se prevén para el próximo verano.
Se trata, señala la propia Diputación, de «una especie de comisión de garantías», constituida por especialistas en distintas disciplinas, cuyo cometido es dar «una salida científica», tal y como lo expresó la semana pasada en su comparecencia ante las Juntas Generales de Araba el director de las excavaciones del yacimiento, Eliseo Gil, a las dudas que suscitan los hallazgos.
El objetivo, en definitiva, es lograr un «consenso» que hoy está lejos de existir. GARA ha podido constatar que la sensación de escepticismo ante la idea de que los grafitos fueran realizados realmente en época romana bajoimperial está muy generalizada entre especialistas de diversas disciplinas, incluidos algunos de los que han sido expresamente consultados por el equipo de Iruña-Veleia.
Entre los escépticos, quien más se ha destacado es, sin duda, el catedrático de Lingüística Indoeuropea de la UPV Joaquín Gorrotxategi, integrado ahora en la Comisión Científica de Asesoramiento. Fue él el primero en manifestar algo más que escepticismo sobre los hallazgos, con la particularidad de que, junto a Henrike Knörr -miembro también de la Comisión-, había comparecido públicamente para avalar al equipo de Eliseo Gil cuando en junio de 2006 se produjeron las primeras filtraciones sobre la existencia de los grafitos. Apenas unos meses después, en octubre, se desmarcó abiertamente, haciendo públicas sus dudas. Dudas que también respaldaron el catedrático de Filología Vasca Joseba Lakarra y el profesor de Historia Medieval Juan José Larrea, quienes, en un artículo conjunto, utilizaron una frase que ha terminado haciendo fortuna en el debate: «(el hallazgo) produce perplejidades en cadena».
Desde entonces, el escepticismo ha ido en aumento, alimentado en buena medida por la gestión de la información -en realidad, de la no información- que ha hecho el equipo de Iruña-Veleia, después de que se hubiese compremetido públicamente a presentar un informe preliminar antes de que finalizara 2006. Por ejemplo, en octubre pasado, en el marco del II Congreso de la Cátedra Koldo Mitxelena, los filólogos recriminaron a los investigadores de Iruña-Veleia que no hubieran publicado aún nada, y también Henrike Knörr -quien, incluso ante el sonoro desmarque de Gorrotxategi, ha seguido expresando su confianza en el equipo de Gil- admitió que le producía «desazón» el hecho de que hubiera pasado tanto tiempo sin haber podido acceder siquiera a los materiales encontrados.
De hecho, según ha podido saber GARA de fuentes seguras, a pesar del hermetismo oficial en que tuvo lugar el miércoles la primera reunión de la Comisión de Asesoramiento, una de las primeras cosas que quedaron claras es que, a partir de ahora, «en breve», aunque la fecha está aún por determinar, sus integrantes tendrán acceso directo a todo el material. Porque incluso Gorrotxategi y Knörr, con quienes el equipo contó en un primer momento, reconocen que hasta ahora sólo han tenido un acceso muy parcial a él.
Fue también en el marco del II Congreso de la Cátedra Koldo Mitxelena en el que Joaquín Gorrotxategi presentó una ponencia, de próxima publicación, en la que profundizaba aún más en sus dudas. No es sólo que las inscripciones en euskara no respondan a lo que cabría esperar, argumentó, sino que tampoco lo hacen las inscripciones en latín, entre las que señaló diversos anacronismos, incluidas «unas flechas de corte muy moderno» hasta ahora nunca encontradas en la epigrafía, e incluso alguna coma, signo orto- gráfico de época tardomedieval o renacentista. Pero, además, los grafitos incluyen imágenes cristianas -entre ellas, la que ha sido presentada como la más antigua del Calvario conocida hasta la fecha- y dibujos que el equipo de Iruña-Veleia identifica como jeroglíficos. «Todo es muy raro», indicó Gorrotxategi, y advirtió sobre el hecho de que la posibilidad matemática de que tantas rarezas se concentren en un mismo hallazgo es prácticamente ninguna.
Pero los filólogos, con Gorrotxategi a la cabeza, no son los únicos especialistas que están «perplejos». También lo están los egiptólogos, ante la aparición de jeroglíficos en Araba varios cientos de años después de que hubiera empezado a caer en desuso en el propio Egipto. A falta de información directa, están realizando una auténtica labor de exégesis a partir de las pocas piezas que ha dado a conocer el equipo de Iruña-Veleia y otras informaciones que se han ido filtrando. Por ejemplo, Juan Carlos Moreno, investigador del CNRS francés, a partir de la imagen de un grafito que se coló furtivamente en un vídeo promocional del yacimiento, señalaba hace apenas unos días la existencia de «anomalías extrañísimas que cualquier aficionado puede detectar».
«Asombrosas» son también las rarezas que presentan los grafitos para la doctora Alicia Canto, de la Universidad Autónoma de Madrid, muy activa en los foros de internet constituidos en torno a este tema. Con respecto, por ejemplo, al grafito del Calvario -presentado como la pieza estrella del conjunto epigráfico de Iruña-Veleia en lo que a iconografía cristiana respecta-, hace notar que, de ser realmente del siglo III, se adelantaría un par de cientos de años a la primera manifestación de este tipo conocida hasta ahora, hallada en las catacumbas romanas. Constata, además, que en el cartel que figura sobre la cruz, en lugar de INRI -I(esus) N(azarenus) R(ex) I(udaeorum); Jesús de Nazaret, rey de los judíos-, puede leerse RIP -R(equiescat) I(n) P(ace); descanse en paz-, fórmula escasamente utilizada en la antigüedad cristiana (apenas una decena de ejemplos, dice) y no apropiada para ponérsela a Jesucristo, al menos por alguien que conociera los evangelios. Canto, que también ha detectado rarezas en otros grafitos, hace un llamamiento a la prudencia, porque reconoce que apenas ha visto media docena de los cientos de piezas de Iruña-Veleia, aunque -matiza- «no puede decirse que las muestras hasta ahora desveladas sean la mejor carta de presentación».
El equipo mantiene su postura
El equipo que codirigen Eliseo Gil e Idoia Filloy, sin embargo, se mantiene en sus afirmaciones iniciales. El objeto de la polémica son dos conjuntos epigráficos distintos. El primero fue hallado en una domus, «perfectamente sellado» bajo un techo que se vino abajo. En él destacan los motivos cristianos y los jeroglíficos. El equipo ha datado este conjunto en el siglo III. El segundo, en el que aparecen textos en euskara y más motivos cristianos, fue hallado formando parte del relleno realizado para asentar un edificio. Su datación sería posterior a la del anterior, de entre los siglos III y V. Aunque en la actualidad son estos dos conjuntos los que son motivo de estudio y polémica, Filloy, en recientes declaraciones a GARA, ha dado a entender que existen más grafitos. «Es un fenómeno bastante extendido en el yacimiento», ha afirmado.
El equipo de Iruña-Veleia, en busca del «consenso», ve necesaria la constitución de la Comisión de Asesoramiento, según reconoció la semana pasada en Juntas Generales Eliseo Gil. Está abierto a realizar nuevas pruebas o a revisar las ya existentes. Pero mantiene la misma postura que, ante el desmarque de Gorrotxategi, defendió en noviembre de 2006, a saber, que sus afirmaciones «no son hipótesis, sino realidades demostradas y cotejables científicamente». Los grafitos han aparecido en estratos de época romana, «junto a miles de evidencias de su misma cronología».
«Pruebas excepcionales»
La datación proporcionada por las evidencias arqueológicas se ha visto confirmada por las analíticas de Carbono 14, llevadas a cabo en los labortaorios de Geochron, en Cambridge, Massachussets, y la Universidad de Gröningen, en Holanda. Pero, además, «dada la excepcionalidad de los materiales», se han aplicado sobre ellos «técnicas analíticas altamente especializadas» en los laboratorios de espectroscopia nuclerar del CEA-CNRS, en el Estado francés, y posteriormente se ha contrastado en los laboratorios Adirondack del Centro Tecnológico de Zamudio. «Pocos materiales arqueológicos han sido sometidos a un grado de inspección y certificación tal», afirmó en su día el equipo en pleno. Y no parece haberse movido. «Por nuestra parte -declaraba recientemente Filloy-, jamás ha habido duda sobre la datación de los hallazgos. Nosotros hemos visto cómo salían de la tierra esos grafitos. Lo que sucede es que los datos que aportan en determinados aspectos son tan novedosos que cuestionan las teorías que hasta ahora se venían manejando. Pero esas dudas no pueden afectar al método arqueológico y las técnicas que hemos empleado para determinar la antigüedad de los materiales. Pueden afectar, digámoslo así, a las teorías, no a los hechos materiales»
Sin embargo, la publicación de los resultados de la investigación sigue sin llegar. Filloy declaró en agosto que estaría lista para enero de 2008, pero Eliseo Gil anunció la semana pasada que no lo estaría hasta 2009. Esto alimenta el escepticismo. Koldo Larrañaga, profesor retirado que durante años ha impartido en la UPV clases de Historia Antigua, incluida epigrafía latina, reconoce que no ha tenido acceso directo a los materiales, pero hace suya la idea de que los hallazgos suscitan «perplejijades en cadena». No pone en duda la profesionalidad de los arqueólogos y la idea de un posible fraude le parece «descabellada», pero destaca que las rarezas son tantas y en tantos ámbitos que es inevitable que susciten dudas. «En todo caso, las afirmaciones hay que probarlas, y eso es algo que a día de hoy no ha sucedido», dice.
«Absoluta discreción»
Las impresiones de Larrañaga son representativas de un sentimiento común a otros especialistas, incluidos algunos de los que forman parte de la Comisión Científica, que, por discreción y ahora también por obligación, han preferido no hacer declaraciones públicas. También por obligación porque, por decisión de la Diputación, la Comisión trabajará «en absoluta discreción» y dará a conocer sus conclusiones «sólo al final del proceso; no habrá comunicaciones hasta que finalice el mismo», según ha remarcado en un comunicado el Departamento de Cultura. De hecho, GARA ha tratado de contrastar esta semana diversas informaciones con Eliseo Gil o con el epigrafista del equipo Juan Santos Yanguas, que declinaron hacer declaraciones amparándose en esta decisión. Este último confirmó que los miembros de la Comisión han suscrito un compromiso de confidencialidad. Otros especialistas a los que el equipo de Iruña-Veleia ha solicitado su opinión, como Javier Velaza, de la Universidad de Barcelona, o Isabel Rodà, del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, también optaron por posponer sus declaraciones hasta que se dé por cerrada la investigación.
En todo caso, a los hallazgos de Iruña-Veleia parece haberles llegado el momento de la verdad. Al respecto, Lorena López de Lacalle, diputada foral de Cultura, ha expresado su «plena satisfacción» ante la «buena noticia» de que la Comisión Científica haya mantenido ya su primera reunión: «Se ha puesto en marcha y eso es lo mejor que podía pasarle al proyecto de Iruña-Veleia». La diputada ha resaltado el «buen ambiente» y la «disposición al trabajo» que encontró en la reunión del miércoles y se ha mostrado «muy contenta» después de que también Lakua haya indicado que «acompañará» el proceso.
Así pues, parece haber comenzado definitivamente la cuenta atrás para desatar -o cortar- el nudo gordiano de los grafitos de Iruña-Veleia.
El Departamento de Cultura de la Diputación prevé que la Comisión Científica de Asesoramiento que ha creado en torno a los grafitos de Iruña-Veleia esté en condiciones de llegar a conclusiones para el verano.
EL escepticismo ha ido en aumento, alimentado en buena medida por la gestión de la información que ha hecho el equipo de Iruña-Veleia, después de haberse comprometido a presentar un informe antes que acabara 2006.
El catedrático Joaquín Gorrotxategi considera que la posibilidad matemática de que tantas rarezas se concentren en un mismo hallazgo es prácticamente ninguna.
Imagen del Calvario, datada en el siglo III. Cristo, con dos figuras a sus pies que podrían ser la Virgen y San Juan, y flanqueado por los ladrones Dimas y Jestas. Llama la atención que sobre la cruz aparezca escrita la palabra RIP, en lugar de INRI.
Los signos que aparecen al borde de este fragmento de plato han sido identificados por el equipo de Iruña-Veleia como jeroglíficos egipcios. Es la única pieza con este tipo de inscripciones que han facilitado los investigadores del yacimiento.
En la imagen de este grafito, proporcionada por el equipo de Iruña-Veleia, los especialistas «escépticos» han detectado faltas «ortográficas», pero sobre todo les ha llamado la atención la flecha que puede verse en el centro.
Una de las piezas que ha dado a conocer el equipo de Iruña-Veleia es ésta, que parece representar diversas escenas de la vida cotidiana. En la parte superior parece leerse la palabra VITAE, con lo que los especialistas llaman E cursiva o pompeyana.
El equipo de Iruña-Veleia asegura que, precisamente por su excepcionalidad, «pocos materiales arqueológicos han sido sometidos a un grado de inspección y certificación tal».
«Se ha puesto en marcha la Comisión Científica de Asesoramiento y eso es lo mejor que le podía pasar al proyecto de Iruña-Veleia», ha afirmado la diputada foral de Cultura, Lorena López de Lacalle.
La Comisión Científica de Asesoramiento está constituida por los filólogos Joaquín Gorrotxategi, Joseba Lakarra y Henrike Knörr, los epigrafistas Juan Santos Yanguas y Pilar Ciprés, los arqueólogos Agustín Azkarate y Amelia Baldeón, los químicos Fernando Legarda y Manuel Madariaga y el director del Servicio de Museos Félix López.
Creada por iniciativa expresa de la diputada de Cultura Lorena, López de Lacalle, de acuerdo con el equipo de Iruña-Veleia, está facultada para solicitar consultas a los expertos del ámbito académico que considere oportuno. Los comisionados concluirán elaborando informes por disciplinas que luego serán puestos en común en una mesa general. Se trabajará, al menos, en las siguientes disciplinas: historia, física, química, arqueología, lingüística y epigrafía.
Las conclusiones se prevén para el próximo verano.
«Estamos ante el punto de partida del camino que nos conducirá a la consecución del consenso científico», ha declarado Lorena López de Lacalle.