El presidente colombiano, Alvaro Uribe, ordenó ayer al Ejército y a la Policía que «localicen y cerquen las zonas donde las FARC mantienen a los rehenes» para ejercer presión sobre la guerrilla. El siguiente paso sería, según declaró, «convocar a la comunidad nacional e internacional con el fin de definir un proceso humanitario».

En su opinión, «el heroísmo de los soldados y policías, que están haciendo progresos en la búsqueda de los rehenes, permitirá avanzar hacia su liberación. Con la ayuda de Dios y paso a paso, llegará el momento en que los veremos llegar a casa». La guerrilla ha propuesto desde el principio un intercambio humanitario y el despeje militar de Florida y Pradera, a lo que el Gobierno se opone totalmente.

La tensión entre Bogotá y Caracas, mientras tanto, sigue creciendo. El presidente venezolano, Hugo Chávez, acusó a su homólogo colombiano de «estar fraguando por orden de Estados Unidos una conspiración, una provocación bélica contra Venezuela para obligarnos a dar una respuesta que pudiera prender una guerra». En este sentido, afirmó que Colombia «es un país intervenido por EEUU», que «protege a golpistas venezolanos como Pedro Carmona».

Chavéz ve un horizonte negro

«El DAS -Departamento Administrativo de Seguridad- ha planificado mi asesinato en varias ocasiones, como brazo del imperio y de la oligarquía colombiana», reiteró.

Reconoció además que le está dedicando menos tiempo a la cuestión del canje humanitario. «Le he dicho a los franceses, a los familiares en Colombia que, lamentablemente, no puedo dedicarme al asunto a tiempo completo. En mi agenda estoy bajando los decibelios y la atención», manifestó en la rueda de prensa celebrada en Miraflores.

«Sobre las personas en manos de las FARC no es que cierre la puerta, pero veo el horizonte absolutamente negro», subrayó.

Asimismo, rechazó las declaraciones de «un supuesto desertor de las FARC, sin rostro, que va diciendo que Venezuela dio miles de fusiles a la guerrilla colombiana». Subrayó también que se está «acusando, con un video trucado, al alcalde de Maracaibo de dar armas y logística al ELN -Ejército de Liberación Nacional-. En un gesto de locura, el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, ha dicho que como este alcalde está apoyando a la guerrilla van a venir aquí a capturarlo».

El ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Fernando Araújo, se negó a comentar las declaraciones de Chávez.