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CRÓNICA 26 años de cautiverio

La familia de Jon Bilbao Moro recibió el homenaje a media vida en prisión

La mitad de sus 52 años de vida los ha pasado en la cárcel y, tal y como dijo ayer un vecino de Erandio en el acto de homenaje, «sabe que va a cumplir los 30 años de con- dena, pero está fuerte». El homenaje de Astrabudua a Jon Bilbao Moro lo recibió su familia; un ex preso subrayó precisamente que son ellos quienes «llevan 26 años dando la talla».

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Un homenaje a Jon Bilbao Moro... y a sus familiares. Este fue el motivo del acto celebrado ayer en la plaza Josu Murueta, en Astrabudua, con motivo de los 26 años que ha cumplido en prisión recientemente. Natural de Asua, Erandio, fue detenido en enero de 1982, y tras permanecer nueve días incomunicado, periodo tras el que denunció haber sufrido torturas, la Audiencia Nacional le condenó a 30 años de prisión. Siempre clasificado en primer grado, la mayor parte de los 26 años transcurridos en celdas españolas el preso erandioarra ha estado en régimen de aislamiento y lejos de Euskal Herria, con la única salvedad de dieciocho meses en los que conoció las prisiones de Langraitz y Basauri.

Tras la txalaparta, fue un vecino el encargado de dar comienzo a un acto presidido por el lema ``Jon Bilbao Moro. 26 urte espetxean, borrokan''. Recordó la reciente visita de un grupo de más de 40 personas a la prisión de Alicante, en la que se encuentra Bilbao Moro en la actualidad, para manifestar que «estuvo muy contento. Sabe que va a cumplir los 30 años de condena, pero está fuerte». También recordó la reciente muerte de la madre del preso, sin que pudiera despedirse de ella, antes de invitar al estrado a su compañera, Lurdes Vélez, y su hija, su hermana Bego y su sobrino.

Varios ex presos subieron a continuación al escenario, con un ramo de flores para los familiares. Uno de ellos refirió precisamente que algunos estuvieron en la cárcel junto a Bilbao Moro, «incluso con la misma condena y ahora nosotros estamos aquí y él sigue en la cárcel».

Realzó el papel de las familias de los prisioneros vascos en general y el de la de Bilbao Moro en concreto. Recordó también a Jose Mari Sagardui Gatza -el preso de Zornotza que va a cumplir 28 años en prisión- y manifestó que «se puede decir que en Euskal Herria todos estamos en la cárcel y si queremos ser libres, los presos deberán salir».

En declaraciones a GARA, Lurdes Vélez constató que el deterioro físico del preso «es grave; sufre una hernia inguinal y tiene muy dañados el esófago y la vista, pero rechaza ir al hospital por el trato en los traslados. Lo pasa mal, es lo que peor lleva. También sufre de espalda y huesos, y el médico le ha dicho que vaya a un oftalmólogo, aunque dice que ya irá cuando salga... si alguna vez sale».

«Maltrato sicológico»

Incide, sin embargo, la compañera de Bilbao Moro en que en la medida que han transcurrido todos estos años en prisión, con el consiguiente empeoramiento en la salud, «lo peor son los malos tratos verbales y sicológicos, los cacheos y cambios de celda. Ellos lo saben y van a por él siempre, a por el más débil. Incluso a mí en los vis a vis me intentan provocar, procuran poner a las otras visitas en mi contra, pero yo me callo»

Tras un aurresku de honor tomó la palabra un representente de Askatasuna, quien, tras recordar a Endika Iztueta, el deportado de Santurtzi que muriera la pasada semana en Cabo Verde, enfatizó que «la represión esta totalmente activada». Trajo a colación, por ejemplo, «la vulneración de los derechos de los presos y las presas» y la contrapuso con «el camino de lucha y compromiso trazado» por el Colectivo de Prisioneros Políticos Vascos.

Askatasuna considera el caso de Jon Bilbao Moro «un reflejo de la lucha del colectivo de hombres y mujeres» encarcelados en el contexto del conflicto político y denuncia «la política de los estados español y francés. que bien utilizan a los presos con interés político o bien como objetivo de su represión».

Pese al largo tiempo transcurrido, Lurdes Vélez explica que las referencias del preso de Asua «son las de antes. Tiene una memoria increíble y se refiere a su detención como si hubiera tenido lugar ayer. Siempre dice que tiene la cabeza aquí, aunque el cuerpo esté en la cárcel, pero también es consciente de que tendrá que hacerse con un `guía' cuando salga por cómo ha cambiado todo. No se hace idea».

Un bertsolari puso el punto final al acto celebrado en Astrabudua, que dio paso a una manifestación que recorrió las principales calles de este barrio de Erandio.

Fueron comentadas también algunas ausencias de representantes políticos locales que sí habían tomado parte en el homenaje que se tributó a Jon Bilbao Moro el pasado año.

Kepa PETRALANDA

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