En cualquier caso, los responsables israelíes esperan minimizar los daños e incluso lograr algunos beneficios de esta política, intentando descargar sobre Egipto la responsabilidad de lo sucedido, un planteamiento que El Cairo rechaza.

«Nadie dura de que Israel está haciendo frente a una nueva e inquietante situación», declaró a France Presse un alto responsable del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores que pidió permanecer en el anonimato.

«En el plano internacional, Israel ha vuelto a situarse en el papel del acusado, aunque, por el momento, esto no debería tener consecuencias diplomáticas graves», añadió.

Este diplomático se declaró especialmente preocupado por «el impacto que han tenido las imágenes de niños alumbrándose con velas en Gaza debido a la falta de electricidad y las de las multitudes corriendo hacia Egipto», al tiempo que acusó a la cadena televisiva de información árabe con base en Qatar Al Jazeera de haber montado «una verdadera puesta en escena» con el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza.

A largo plazo, estima que lo sucedido esta semana podría desembocar en la separación total de Israel de la franja de Gaza, pero teme que este territorio también cortaría sus lazos con Cisjordania, lo que convertiría en aún más difícil la constitución de un Estado palestino, uno de los supuestos objetivos del proceso de Annapolis.

«En estos momentos, está claro que todos los intentos de luchar contra Hamas presionando a la población palestina han fracasado, tal y como fracasa siempre este tipo de estrategias», estima un antiguo alto responsable de la Inteligencia militar israelí, Yaakov Amidror.

«La principal consecuencia es que Hamas se ha reforzado con las brechas que se han hecho en la frontera con Egipto y que va a poder reforzar de manera sustancial su arsenal y acelerar la transformación de su brazo armado en un verdadero ejército», se alarma este general en la reserva, que aboga por la reocupación de toda la Franja de Gaza por parte de Israel, que se retiró en 2005 de este territorio palestino.

Añade que, en cualquier caso, el bloqueo podría conducir a Egipto a reabrir progresivamente su frontera con Gaza para no ser acusado de abandonar a los palestinos, «algo que podría ser uno de los objetivos de Israel».

Victoria para Hamas

Para el analista palestino Mehdi Abdel Hadi, es Hamas quien acapara los beneficios del bloqueo y de la apertura temporal de la frontera con Egipto debido a la presión popular.

«Hamas gana en popularidad tanto en Gaza como en Cisjordania, mientras que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, aparece todavía más debilitado», puesto que, según destaca, sigue intentando mantener el diálogo con Israel.

Este experto espera que lo sucedido en Gaza otorgue nuevos bríos a la resistencia antiisraelí, en alusión a una posible reedición de la intifada.

Egipto hizo saber el viernes que procedería a cerrar la frontera, después de que durante la semana dejara pasar un flujo, ininterrumpido durante tres días, de decenas de miles de palestinos de la franja de Gaza hacia el Sinaí. Las fuerzas de seguridad egipcias se desplegaron en el área.

Su intención era impedir la entrada de más palestinos en territorio egipcio, mientras miles de ellos retornaban a Gaza, la mayoría cargados de mercancías compradas en Egipto. Sin embargo, la labor de milicianos de Hamas que destrozaron más tramos de la valla fronteriza hizo que todo este esfuerzo resultara poco menos que inútil.

En el este de Jerusalén, territorio palestino ocupado por Israel en 1967, la Policía israelí también se desplegó el viernes, por «temor a la violencia que podría producirse a la salida de la oración en la Explanada de las Mezquitas», en la Ciudad Vieja.

Como suele ocurrir en estas ocasiones, el Ejército israelí sólo permitió el paso de musulmanes mayores de 40 años y residentes en los territorios de 1948 o en el este de Jerusalén.