Lo de Kosovo, como era previsible, les ha escocido de lo lindo a los del gran nacionalismo español. Ayer «El Mundo» dedicaba una pieza editorial al tema y advertía que «aún el Parlamento de Kosovo no había decretado oficialmente la independencia cuando la portavoz de Ibarretxe salió para interpretar lo sucedido en los Balcanes en clave independentista vasca. Dijo Miren Azkárate que lo sucedido en Kosovo `es una lección sobre el modo de resolver de forma pacífica y democrática conflictos de identidad y de pertenencia». Ya empezamos.

Como no quieren que se les noten los nervios en exceso, los de «El Mundo» se ponían en plan paternalista: «Sería muy recomendable que la portavoz del Gobierno vasco se ilustrara un poco acerca del proceso que ha desembocado en la declaración de independencia de Kosovo para no hacer el ridículo». Y es que, según el escribiente de Pedro J. Ramírez, «sólo desde la más supina ignorancia se puede decir que lo sucedido en este enclave de la antigua Yugoslavia ha sido `pacífico y democrático'». Y más, por supuesto: «Además, cualquier experto en política europea podría aclararle a Miren Azkárate que la situación de Kosovo se parece tanto a la del País Vasco como un huevo a una castaña». No sé si ha estado muy afortunado en la comparación... Pero mo muestra excesivas dudas: «Aunque seguramente lo sabe de sobra y su partido, el PNV, está haciendo una utilización dolosa del asunto».

También en Catalunya han tomado en serio lo ocurrido en Kosovo y dicen en «El Mundo» que «aunque ha sido pospuesto su debate hasta después de las elecciones, en el Parlamento catalán existe una propuesta de resolución presentada conjuntamente por los partidos del Gobierno catalán -PSC, ERC e ICV- y CiU para respaldar abiertamente la independencia de Kosovo». Y ahí le tiemblan las canillas al editorialista, y se pregunta: «¿Qué hacen los socialistas catalanes presentando una iniciativa como ésta mientras el PSOE asegura oponerse a la creación de un nuevo Estado? Una vez más, la pasividad del Gobierno de Zapatero da alas a las pretensiones independentistas». Están como flanes.