El Instituto para la Memoria de la Edición Contemporánea informó ayer de que Alain Robbe-Grillet falleció de madrugada en el Hospital Universitario de Caen, donde había ingresado por problemas cardíacos.

Considerado como uno de los grandes teóricos y representantes del movimiento literario de los años 50 y 60 denominado «nouveau roman», caracterizado por la «no intervención» del autor en las situaciones que viven los personajes, Robbe-Grillet también se dedicó al cine, bien como guionista, en filmes como «L'année dernière à Marienbad» (1961), de Alain Resnais, bien como director, como en el caso de su última película, «C'est Grandiva qui vous appelle», estrenada en la Mostra de Venecia en 2006.

Alain Robbe-Grillet nació el 18 de agosto de 1922 en la localidad bretona de Brest. Dotado de una sólida formación en letras clásicas, trabajó en el Instituto de Estadística y, después, como ingeniero agrónomo, en Marruecos, Guinea y las Antillas, a finales de los 40 y comienzos de los 50.

En 1949 escribió su primera novela, «Un régicide», cuyo protagonista se debate en un espacio y un tiempo desestructurados. El original fue rechazado por varios editores parisinos. «Es un libro que no corresponde a ningún tipo de público», diría uno de ellos, según recordaría más tarde el propio autor. Eso no le desanimó en absoluto y siguió escribiendo.

«Les gommes» se publicó en 1953 y, dos años después, «Le Voyeur», novela con la que Alain Robbe-Grillet obtuvo el Premio de los Críticos y que dividió la literatura francesa en dos bandos.

Su siguiente novela, «La jalousie» (1957), es traducida a una treintena de idiomas y consagra a su autor en el mundo.

Cine y ensayo

Le seguirían títulos como «Dans le Labyrinthe» (1959), «La belle captive» (1976), con ilustraciones de René Magritte, «Djinn» (1981) o «La reprise» (2001). Su última novela fue «Un roman sentimental», en 2007.

Alain Robbe-Grillet es también autor de ensayos, el más influyente de los cuales es probablemente el titulado «Pour un nouveau roman», publicado en 1963, y el más reciente, en cambio, «La voyageur», de 2001.

Robbe-Grillet dejó también su impronta en el cine como guionista o director de películas como «L'immortelle» (1963), «El hombre que miente» (1968) o «La belle captive» (1983).

En el año 2004 fue elegido miembro de la Academia Francesa, aunque lo cierto es que nunca llegó a ocupar el escaño que le correspondía.