A poco más de un mes de cumplir los 41 años y casi treinta después desde su retirada, Mario Cipollini volvió a competir en el prólogo del Tour de California con toda dignidad al dejar por detrás a dos terceras partes del buen pelotón que dispu- ta la prueba norteamericana.

Así comenzó a cumplir uno de los compromisos adquiridos con Mike Ball, el magnate diseñador de la firma de vaqueros de lujo Rock & Republic, que ha elegido al viejo rockero italiano y al ciclismo como principal vehículo de marketing.

Se ha propuesto gastar cincuenta millones de dólares en cinco años y convertir a su Rock Racing en el mejor equipo del mundo. Para ello ha elegido como manager a Cipollini, que deberá compaginar este año su cargo con el de corredor en quince carreras y además dará nombre a una línea de ropa. Mike Ball hizo este planteamiento en setiembre con una gran oferta económica al corredor.

Algunos medios han publicado que Cipollini ha aceptado porque tiene serios problemas económicos para seguir con el alto nivel de vida que lleva en su lugar de residencia, en Mónaco, donde se establecerá la sede del equipo, pero lo cierto es que el italiano ha demostrado ilusión y profesionalidad para lograr una buena forma y estar a la altura en su vuelta a la carretera. Ha adelgazado once kilos con una preparación exigente con entrenamientos de seis horas que le permitieron el domingo dejar por detrás a la mayoría de los participantes en California.

«Me he divertido mucho»

Tras acabar su recorrido, el italiano dijo que «he sentido una emoción increíble. Correr en Estados Unidos y ser aclamado por tanta gente es gratificante. Más que el resultado, destacaría volver a vivir estas sensaciones. Me he divertido mucho».

Cipollini no se conformaba con firmar un buen prólogo, sino que se ha propuesto disputar el sprint esta madrugada a Boonen y compañía en la primera etapa, para lo que contará con Fred Rodríguez, el lanzador de McEwen en las últimas temporadas y uno de sus fichajes.

Sobre lo que esperaba de la primera etapa señaló que «será una jornada especial. En una crono no hay forma de entrar en la atmósfera de la carrera. Pero en un sprint todo será diferente. No pienso desafiar a los velocistas más jóvenes, sólo quiero medir cómo estoy y dar el máximo. Luego veremos lo que sucederá. Este regreso es el primer paso para construir el futuro de mi equipo».

Cipollini es uno de los corredores con un palmarés mayor con 42 victorias de etapa en el Giro, una Milán San Remo y un Mundial. Un curriculum que quiere mejorar como director. Para ello anuncia su deseo de fichar a grandes corredores. Dio los nombres de Ivan Basso -sin equipo-, que este año acaba su sanción por estar implicado en la operación Puerto, y los hermanos Schleck como objetivos, aunque éstos tienen contrato con el CSC hasta el 2010.

Mientras tanto, ha fichado a otros corredores implicados en la operación Puerto como Botero, Hamilton y Sevilla, a los que la organización impidió salir en California tras el pulso mantenido por el mismísimo Mike Ball con la organización. El magnate norteamericano quiso defender la presunción de inocencia de sus corredores y la notificación de la UCI que les permite competir, pero la organización no se lo permitió y su equipo salió con cinco integrantes por los ocho de los demás.

Victoria de Cancellara

De todos ellos, el más rápido fue el campeón mundial contrarreloj, Fabian Cancellara, que se confirmó como el mejor especialista en una prólogo en la que destacó el rendimiento dado por los corredores de otro equipo americano construido a base de talonario, el Slipstream, capaz de meter a cuatro corredores entre los diez primeros.