Vuelve a ser un club «normal» de fútbol
Jon ORMAZABAL
Después de casi un cambio de entrenador por trimestre en los últimos tres años, deberíamos estar acostumbrados a jornadas como la de ayer. Sin embargo, la destitución de Josu Uribe no fue igual que las de sus antecesores en el cargo. Las poses, los gestos y las caras de los jugadores en Ibaia no eran las mismas que hace unos pocos meses, porque la implicación, la ilusión y la capacidad de transmitir a la grada están a años luz de los anteriores inquilinos del banquillo de Mendizorrotza. Pero para lo bueno y lo malo, con sus matices y limitaciones, el Alavés es desde julio un club «normal» y estos valores que ha tenido el asturiano parecen no servir. Pese a sus esfuerzos en una situación muy delicada, como entrenador, Josu Uribe ha sido víctima de los resultados y en cuanto éstos se han torcido, la cuerda se ha roto por su zona más frágil.