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EL PRESIDENTE ESPAÑOL, EN IRUÑEA

«Hemos preferido la convivencia a las poltronas», argumenta Zapatero

El 17 de marzo de 2007, la derecha española salió a la calle en Iruñea en una manifestación que el PSOE ha denunciado muchas veces afirmando que quebraba la convivencia. Cinco meses después, el PSOE decidió dejar que UPN siguiera gobernando. Ayer, su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, argumentó en un mitin en Iruñea -el primero desde entonces- por qué lo hicieron: «Por responsabilidad. Hemos preferido la convivencia al afán de poder y las poltronas».

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Ramón SOLA | IRUÑEA

José Luis Rodríguez Zapatero, líder del PSOE y presidente del Gobierno español, pisó ayer Iruñea por primera vez desde que decidió dar el Gobierno navarro a UPN descartando un ejecutivo alternativo con Nafarroa Bai e IUN. La decisión provocó un revuelo político en el herrialde de una dimensión sin parangón en años, y cuyo eco todavía colea, así que se esperaba con expectación lo que Zapatero podría decir al respecto en el mitin de anoche en el frontón Labrit. Habló poco, pero con bastante claridad: «Fue por responsabilidad. Hemos preferido la convivencia al afán de poder y las poltronas», argumentó ante un auditorio que recibió esta confesión con aplausos tibios.

Para llegar a este punto, Rodríguez Zapatero había trazado toda su intervención en torno al concepto de «convivencia», situándolo como prioridad de su acción política. Y frente a ello opuso -con numerosos ejemplos- la actuación de la derecha, que paradójicamente fue la gran beneficiada de su decisión.

De hecho, en varias de las intervenciones se recordó la manifestación que UPN y PP protagonizaron en Iruñea el 17 de marzo bajo el lema «Navarra no es negociable», destinada a tratar de hacer descarrilar las opciones de avanzar hacia la solución política al conflicto. Desde el PSOE siempre se ha denunciado que aquella movilización atacaba la convivencia.

El argumento empleado ayer por Zapatero sonaba a nuevo. Hasta el momento, las explicaciones en Nafarroa sobre lo ocurrido en agosto habían quedado en manos del secretario de Organización del PSOE, José Blanco. Y éste no había puesto el acento en la reacción que pudiera tener UPN al pasar a la oposición, sino más bien en los problemas de fiabilidad que adver- tían en el gobierno alternativo, y sobre todo en Nafarroa Bai.

La mentira del PP

En el resto de su intervención, Zapatero se dedicó casi exclusivamente a denunciar la actitud del PP en Nafarroa. «Hoy tengo que decir que el PP ha faltado gravemente a la verdad. ¿Sabéis por qué Rajoy no aparece en las vallas electorales aquí? -preguntó al auditorio, aludiendo a una cuestión que ya había revelado antes Carlos Chivite-. Me han comentado cuando venía para aquí que no sale porque no puede explicar todo lo que dijo. No puede explicar que se entregaba a esta tierra... ¡Por eso no puede estar en los carteles!».

Al hilo de ello, reprochó al PP que «tiene una grave deuda con Navarra: crispó, mintió a los navarros...». Y lo contrapuso con lo que él dice que ha hecho: «Defender el principio de la verdad. Se han dicho demasiadas mentiras, desde el primer día al último. Ni se rompía España, ni la familia, ni Navarra... Lo único que se va a romper el 9-M es el PP», aventuró entre los aplausos de las cerca de 2.000 personas que abarrotaron las tres tribunas y la cancha del Labrit.

Chivite: «Hemos cumplido»

Carlos Chivite, secretario general del PSN, había abierto el acto también con alusiones encendidas contra el PP y UPN. Tras su polémica intervención en todo el proceso de búsqueda de gobierno, que le convirtió en el pararrayos de todas las iras, Chivite prefirió pasar de puntillas sobre el tema. Sólo una frase al respecto: «Hemos dicho siempre la verdad en esta tierra, y todo lo que prometimos lo hemos cumplido».

A partir de ahí, se dedicó a cargar contra los partidos de Miguel Sanz y Mariano Rajoy, sobre quien insistió en que le han «borrado» de los carteles electorales. Para ello mostró al público el modelo tipo usado en Nafarroa y el empleado en otras comunidades. Y le acusó incluso de emular a la izquierda abertzale al conformar «la Coordinadora del No que tanto conocemos aquí y hacer un rosario de manifestaciones, como la del 17 de marzo».

El rival directo del PSOE para el logro del segundo diputado en el herrialde será Nafarroa Bai, pero las alusiones a la coalición fueron muy escasas, todas en boca de Chivite. El líder del PSN recurrió a un latiguillo habitual de UPN para reprochar a NaBai que «es lo que es, nacionalista: cuando tienen que elegir entre la izquierda y el nacionalismo, siempre eligen el nacionalismo».

SilencioS

El presidente español eludió en este acto cualquier alusión a ETA y a la izquierda abertzale en general. Sólo se dirigió a ella el cabeza de lista en Nafarroa, Juan Moscoso, para reafirmar que «seremos implacables».

Las frases

adiós agrio a del burgo

Chivite no se olvidó de «despedir» a Jaime Ignacio del Burgo (UPN-PP) tras su adiós al Congreso. Le reprochó que no haya pedido perdón antes «por lo que dijo sobre el 11-M y sobre Navarra», y también que llegara tarde a un debate sobre el herrialde en el Pleno.

SIN REFERENCIA NAVARRA

Como es habitual, en el acto el PSOE exhibió la cartelería que utiliza a nivel estatal, sin incluir referencias específicas sobre Nafarroa ni una palabra en euskara. Casi todos los mensajes fueron de ese mismo tenor, destinados a movilizar el voto en el Estado.

Un Labrit lleno y el «gracias» del líder para zanjar la crisis

En sus dos mítines anteriores en Iruñea, Zapatero optó por un recinto mucho más grande y moderno, el Baluarte: el primero fue en la campaña de hace cuatro años -ganando por la mano a Rajoy, que estaba el mismo día en el Labrit-, y el segundo en abril de 2007, a medio camino entre la manifestación de la derecha de marzo y las elecciones de mayo. Ayer, al parecer por problemas de disponibilidad, tuvo que «refugiarse» en el frontón, un espacio a todas luces escaso para acoger un mitin de un presidente del Gobierno. Sea como fuere, la elección hizo posible una fotografía de llenazo que contribuye a disipar definitivamente los vientos de crisis interna que sonaron con fuerza en agosto, y que ya entonces tuvo más realce mediático que influencia real.

De ello se hizo eco Zapatero ayer. Se despidió con una confesión: «Agradecemos de corazón a todos los compañeros el apoyo que me habéis dado, el apoyo leal. Y unas cosas han sido más fáciles que otras...», dejó caer. Todo el mundo entendió de qué estaba hablando, y llovieron los aplausos.

Chivite no es quien mejor parado ha salido de aquella refriega, pero ayer se debió sentir satisfecho por la labor realizada para tapar las grietas. En la primera fila esperaban a Zapatero tanto Juan José Lizarbe como Fernando Puras. Lizarbe, tras su presencia en aquel pintoresco cónclave de enfadados en el chupinazo de Sartaguda, no sólo se borró pronto como posible líder de un sector crítico, sino que ha terminado defendiendo el aval del PSN a los presupuestos de Sanz desde la tribuna del Parlamento. Y Puras, que dimitió tras la decisión de Ferraz, confirmó ayer que sigue en un puesto preponderante del partido, quizás en un impasse.

Está claro que el peaje de aquella crisis, de haberlo, no será ya en forma de cisma interno, sino de pérdida de votantes. Por eso, los llamamientos a buscar sufragios donde sea y como sea fueron la constante en el acto y tuvieron un carácter más directo que nunca, prácticamente conminatorio.

Juan Moscoso, el nuevo cabeza de lista, se aferró a que «hace cuatro años sólo nos faltaron 10.000 votos» para alcanzar a UPN-PP, y se mostró convencido de que es posible superarle con el tirón de Zapatero. Argumentó además que en el conjunto del Estado español no basta con ganar, sino que hace falta hacerlo con mucha más mayoría que la actual, para no depender de ningún socio. R. S.

«AQUÍ, LOS ROJOS»

La intervención del secretario general del PSN fue la más elocuente. Un ejemplo: «Estamos aquí los rojos, rojos por la marca de nuestro partido, por la sangre, por el corazón que late a la izquierda, por la bandera de España, por la de Navarra».

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