¿Quienes serán los afortunados que se lleven al tío Oscar?
A lo largo de la historia, muchos han sido los grandes perdedores de estos premios. Entre los actores que no recibieron el Óscar por sus actuaciones figuran Humprey Bogart, por «Casablanca» (1944); Gene Kelly, por «Cantando bajo la lluvia» (1952); o Henry Fonda, por «Doce hombres sin piedad» (1957). Hitchcock tampoco obtuvo nunca el preciado galardón, pese a haber sido nominado en cinco ocasiones
Iratxe FRESNEDA
Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Los primeros premios Óscar se entregaron en 1929 en el hotel Roosevelt de Hollywood. Sólo asistieron 250 personas y la entrada costó cinco dólares. La primera cinta en recibir la estatuilla fue «Wings» que, protagonizada por Clara Bow, fue la única película muda que se alzó con el Óscar. Durante diez años la lista con los ganadores se entregaba a los principales periódicos estadounidenses para que pudieran publicarla a las 11 de la noche, pero, en 1940, «Los Angeles Times» lo publicó a las 8.45 h., así que los asistentes a la ceremonia sabían de antemano quiénes iban a ser premiados. Ese año la super-ganadora fue «Lo que el viento se llevó». Tras el «despiste», los resultados comenzaron a hacerse públicos durante la ceremonia, mediante un sobre cerrado.
A lo largo de la historia muchos han sido los grandes perdedores de estos premios: entre los actores que no recibieron el Oscar por sus actuaciones figuran Humprey Bogart, por «Casablanca» (1944); Gene Kelly, por «Cantando bajo la lluvia» (1952) o Henry Fonda, por «Doce hombres sin piedad» (1957). El director Alfred Hitchcock tampoco obtuvo nunca el preciado galardón, a pesar de haber sido nominado en cinco ocasiones.
Algunos no lo recibieron y otros los rechazaron. Woody Allen tardó en personarse a recoger los suyos, porque prefería practicar con su grupo de jazz. El actor George C Scott no la aceptó en 1970 por su papel en «Patton»: declaró que los Óscar eran algo «degradante». Marlon Brando también aprovechó su Óscar, en 1973, por «El Padrino», para denunciar la discriminación de los nativos americanos y envió en su lugar a la ceremonia de entrega a una nativa americana para que le representara. Un año mas tarde, un espontáneo, Robert Opal, interrumpió la ceremonia desnudándose en directo y haciendo el signo de la victoria. Opal fue asesinado en 1979.
Las anécdotas son interminables y parece que a la ceremonia también le espera una larga vida. El próximo domingo sabremos los nombres de los tocados por el tío Óscar. Este año también habrá grandes perdedores. En nuestra quiniela particular, basada en criterios exclusivamente subjetivos, nos gustaría que los hermanos Cohen recibieran uno, más que nada por su atrevida y elocuente trayectoria; Julian Schanel otro, por regalarnos «La escafandra y la mariposa»; Alberto Iglesias por su buen hacer... Soñar acostumbra a ser gratis.