El día de la marmota
«Atrapado en el tiempo»
Recuerdo que , cuando se estrenó en los cines hace quince años «Atrapado en el tiempo», hubo una resistencia a admitir la revolución que aportaba a la comedia fantástica, por venir de un director mediocre como Harold Ramis. Se habían olvidado demasiado pronto de que en la industria de Hollywood las grandes películas, con «Casablanca» al frente, dependen de la labor de todo un equipo técnico y artístico, y no de su ocasional realizador. Pero desde entonces ha sido largamente imitada sin conseguir superarla, evidenciado que el cine tiene esos milagros creativos que se producen por generación espontánea. Y es que en «Atrapado en el tiempo» todo funciona a la perfección, desde su filosófico guión a las satíricas interpretaciones, pasando por la hipnótica ambientación musical.
La película es una divertida y brillante ilustración del mito griego de Sísifo, condenado a arrastrar monte arriba la misma pesada piedra una y otra vez, así como de la conexión que Albert Camus estableció con el suicidio en su famoso ensayo. El reportero que entra en un bucle temporal, habiendo de retransmitir siempre el mismo día de la fiesta de la marmota, intenta en vano salir de esa dictadura existencial mediante el suicidio, que de nada le sirve al tener que volver a despertarse cada repetida mañana con la misma canción, que es el clásico «I´ve Got You Babe» de Sonny y Cher. Hay que ver la cara del genial Bill Murray ante semejante tortura, expresión estoica que le ha valido el convertirse en un actor de culto para los cineastas independientes. No ha corrido la misma suerte el secundario Chris Elliot, autor y protagonista de la reverenciada serie televisiva «Búscate la vida», y que aquí tuvo la aparición cinematográfica más acorde con su auténtica valía humorística. Entre los otros tantos elementos felices a sumar al conjunto está la banda sonora del inglés George Fenton, músico imprescindible en el cine de Ken Loach.