Josu Imanol Unanue Astoreka Activista social
Los argumentos de Nuria
Recuerdo cuando nos hablaban de robos de vacas, retorno a las cuevas, atraso, la Albania vasca y la violencia. Eran los tiempos de la central nuclear de Lemoiz
Decía la consejera de Transporte y Obras Públicas del Gobierno del tercio autonómico en una entrevista reciente algo así como que no llegaba a comprender a la gente que se oponía al TAV, y buscaba un símil de los opositores al desarrollo ferroviario allá por el siglo XIX. Con esta gracia rebuscada podría citar a los indios de las praderas antes de ser recluidos en las reservas.
Pero lo que realmente me sorprendió fue la falta de argumentos para defender el TAV y el gasto multimillonario con sus consecuencias más que evidentes en nuestro pequeño territorio. Y ahora pretende unir TAV con progreso. ¿También es progreso la imposición de semejante monstruo sin participación ciudadana alguna?
No sé si los responsables políticos que pretenden organizarnos la vida y los pensamientos son conscientes de que no han de imponernos nada sin debate y ninguneando la participación ciudadana, algo sano y necesario. También desconozco la faceta de historiadora de Nuria. Por sus citas intuyo que ella no vivió la época que cita, pero por su forma de actuar y argumentar a favor del engendro, que sí corresponde a la fecha indicada, sus ideas son las de que uno manda y el resto calla. ¡Ojo, que no la comparo con Regina!
Pero para argumento el que utilizó diciendo que la inmensa mayoría de Euskal Herria (es decir, sus tres provincias sin Turtzios ni Trebiñu) está a favor del TAV. ¿Lo intuye también? ¿No sería mejor la certeza que da una consulta popular y nos dejamos de bobadas?
Los argumentos de Nuria uniendo todo lo bueno con semejante adefesio impuesto roza el nivel de los seriales de «La casa de la pradera», es decir, familia ideal feliz rodeada de txiribitas hace frente a momentos y situaciones inesperados con resultado final feliz, música de fondo aterciopelada y The End. Puede ser, pero Nuria debería saber que no satisface a los damnificados directos e indirectos que no nos gusta cómo se gestiona este negocio, que no debería ser tan privado.
Nuria debe comprender que un tren semejante no es de juego y capricho navideño propio, ni funciona a pilas, ni sus raíles son desmontables, ni respetan el espacio en el que pretendemos montarlo; ella mejor que nadie, por los datos que conocerá, debe saber que hay muchas prioridades en este trozo de país que claman al cielo por su abandono. Las políticas agresivas no son argumentos válidos para una sociedad que quiere hacer futuro con respeto y participación ciudadana. El resto es cuento chino y falta de respeto a la voluntad ciudadana.
Por cierto, los seriales citados dejaron de emitirse hace años, y el siglo XIX es pasado para todos, salvo para los que intentan puntualmente citarlo como algo malo. Ha de ser cátedra en algunas ideas de la derecha extrema vasca, puesto que recuerdo cuando nos hablaban de robos de vacas, retorno a las cuevas, atraso, la Albania vasca y la violencia. Eran los tiempos de la central nuclear de Lemoiz. Eran cuentos y pura represión e imposición. Amiga Nuria, lo del TAV no te lo crees ni tú, los argumentos empleados no se sostienen con las actuaciones que se llevan contra los que no aceptamos, entre otros, ese proyecto agresivo.