El Ejecutivo comunitario recortó hasta el 1,8% del producto interior bruto (PIB) la previsión de crecimiento para la eurozona en 2008 y hasta el 2% para el conjunto de la UE, cuatro décimas menos de lo que había pronosticado el pasado noviembre. La inflación se situará de promedio en el 2,9% en la UE y en el 2,6% en la zona euro -cinco décimas más de lo previsto en noviembre- por la subida de los precios del petróleo y de los alimentos.

Todas las grandes economías de la UE se verán afectadas por esta reducción de las expectativas de crecimiento. La que más, Italia, que crecerá un 0,7% este año (siete décimas menos de lo previsto en noviembre).

El crecimiento de Alemania será de un 1,6% (cinco décimas menos) y el del Estado francés y Gran Bretaña un 1,7% (lo que significa un recorte de tres y cinco décimas, respectivamente, respecto a los anteriores pronósticos).

En lo que respecta al Estado español, las previsiones hablan de un crecimiento del 2,7%, tres décimas menos de lo que había pronosticado la Comisión en noviembre y cuatro décimas menos de lo que prevé el Gobierno.

La cifra de crecimiento de Polonia se sitúa en el 5,3% (tres décimas menos), mientras que Holanda es el único de los siete socios examinados que mejora sus expectativas y pasa del 2,6% al 2,9%.

Por lo que se refiere a la inflación, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, destacó que los últimos incrementos (que la han situado en el 3,2% en la eurozona en enero) se deben sobre todo a las subidas de los precios de los alimentos (0,9% del total) y del petróleo (otro 0,9%). Ello ha obligado a la Comisión a revisar al alza en cinco décimas la previsión de inflación, hasta situarla en el 2,6% para la zona euro y el 2,9% para la UE.

En cuanto a los precios, el Ejecutivo de la UE incide en que la reciente aceleración se debe, sobre todo, al encarecimiento de la energía y los alimentos. Vaticina que el diferencial de inflación con la media de la moneda única se mantendrá este año en torno a un punto porcentual.

Almunia admitió ayer que la UE no podrá «desacoplarse» de los problemas de la economía de EEUU pese a tener unos fundamentos económicos «más sólidos», y verá considerablemente ralen- tizado su crecimiento.