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Mariné Pueyo y Mikel Gastesi Concejala y concejal del Ayuntamiento de Iruñea

Crónica semanal de dos concejales independentistas

La izquierda abertzale tiene clara su propuesta: un marco democrático que posibilite el desarrollo de todos los proyectos, avalado por la libre decisión de la ciudadanía vasca

Corren tiempos difíciles para la democracia en Euskal Herria. Rubalcaba prometió vendetta contra la izquierda abertzale y la está cumpliendo a la perfección

Acabó una semana con la suspensión, y empezó con el registro y precintado de locales, entre ellos el de Iruñea, que pretendía ser un referente para las gentes de Iruñea, un lugar de asesoría e información municipalista y cuya clausura, antes incluso de que los trámites burocráticos permitieran su apertura, frustró el proyecto de trabajar en contacto directo con la ciudadanía.

Ante tan graves sucesos, sólo posibles en un estado de excepción, contactamos con los grupos políticos para conocer su lectura y los compromisos que están dispuestos a asumir. No hizo falta reunirse con PP-UPN y PSOE-PSN, al saber de sus posturas mediante los medios de comunicación. La alcaldesa, Yolanda Barcina, veloz ella como nadie, antes de que llegara notificación alguna, se apresuraba a decir en los medios que disolvía el grupo municipal. Y al de unos días realizaba una declaración afirmando que no apoyarán ninguna iniciativa nuestra en lo que resta de mandato. ¿Pero acaso han apoyado alguna? Y, lo que es más importante: si nuestras iniciativas se encaminan hacia el beneficio del ciudadano, ¿va a hipotecarlo sólo por mantener su postura de acoso a nuestro grupo? Sí. Pero así ha sido siempre.

En cuanto al PSOE-PSN, tampoco muestra síntomas de culpabilidad. Y no es de extrañar, al ser ellos los ejecutores de esta estrategia de represión. Quién iba a decir que aquel PSOE que compartiera trincheras con batallones de EAE-ANV tras el golpe de estado fascista iba a convertirse después en su ilegalizador.

La tercera puerta en el Ayuntamiento de Iruñea era la de NaBai. El objetivo de la reunión era escuchar su lectura del momento y sus compromisos. Su lectura: posicionamiento contrario a la Ley de Partidos y/pero defensa del Estado de Derecho. Esto es, no apruebo esa vulneración de derechos, pero sí el marco legal que la posibilita. Como resumen, valdría aquello de «mucho ruido pero pocas nueces».

Se les pidió un único compromiso, una petición conjunta de pleno extraordinario que no aceptaron realizar. Su postura quedó clara en el Pleno del que fuimos desalojados mientras permanecían mudos e impasibles, mostrando absoluta normalidad, incluidos los bostezos de alguno de sus concejales. Por si esto fuera poco, en sus declaraciones públicas se comprometían a defender los derechos políticos de EAE-ANV. Y nos preguntamos cómo: ¿piensan devolver a la voluntad popular, aplicando el artículo 182.2 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, las 19 concejalías usurpadas, o seguirán bostezando? Lo que está claro es que están mintiendo.

Nuestra petición de pleno extraordinario respondía a la necesidad de que el Ayuntamiento de Iruñea debatiera y se posicionara ante el estado de excepción que vive Euskal Herria. Y eso fue lo que impidieron UPN, PSN y NaBai. De ahí nuestra denuncia realizada en el mismo pleno.

Los partidos constitucionalistas, PP-UPN y PSOE-PSN, ni admiten ni contemplan la resolución del conflicto. Su apuesta única es la policial, cortar de raíz la iniciativa política de la izquierda abertzale, eliminarla. Eliminar el debate político y preparar el terreno para un fraude estatutario en Nafarroa y en la CAV. Es un caramelo envuelto en celofán atractivo que contenta y con el que se conforman ciertos sectores que se autodenominan abertzales.

Estos sectores «abertzales» -PNV y la coalición NaBai- critican el modo de actuar de Madrid, pero lo aceptan de facto, viendo la posibilidad de mantener sus poltronas e incluso de hacerse con unas cuantas más.

Pero están confundidos, no podrán callar la voz independentista. Ante los planes represivos de unos, basados en un final policial al conflicto, o ante la apuesta de otros de apuntalar el actual sistema estatutario mediante reformas, la izquierda abertzale tiene clara su propuesta: un marco democrático que posibilite el desarrollo de todos los proyectos políticos, avalado por la libre decisión de la ciudadanía vasca. Una propuesta pragmática, que conjuga perfectamente la reivindicación de una mayoría social, que permitiría la superación del conflicto armado. De ahí que esta propuesta suponga tan serio peligro y la subsiguiente escalada represiva para impedir su divulgación.

Lo que Madrid probablemente no calculó fue la respuesta de la izquierda abertzale. El 14 de febrero la sociedad vasca dibujó una raya roja para decir stop al estado de excepción. El 9 de marzo daremos un sonoro plante al Estado español con la abstención activa, sacando a la calle ese gran capital político que tiene Euskal Herria.

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