Empezaron los mercachifles a publicitar su género electoral. Aleccionados por los asesores de imagen, los diferentes actores y actrices sonreirán mañana, tarde y noche; besarán niños y ancianas al tiempo que estrechan la mano de la frutera en alguno de los mercados. Unos repartirán rosas, otras claveles.

El tedio, la indignación y el asco nos asaltaran los próximos días al abrir el periódico o encender el televisor. Paroles, paroles, paroles... palabras que construyen discursos falsos y raídos, trufados de lugares comunes y tópicos al uso.

Palabras-comodín; palabras-mayúsculas sin preposiciones que construyan oración alguna: igualdad, justicia, libertad, tolerancia, democracia, ética... bla, bla, bla. Y que al oírlas en boca de los profesionales de la política, al igual que le ocurría al poeta, las vemos descomponerse como hongos podridos.

«Cabeza y corada», es decir vísceras, nos promete un Rajoy convertido en charcutero.

Zapatero ofrece nada menos que «Motivos para creer». ¿Qué o a quién? Después de lo que ha llovido no creemos, lo sabemos: un servidor del capital que no busca sino perpetuarse en la poltrona. Cómo será de diferente su práctica de la del PP, que se ven obligados a poner en las fachadas la consigna de «No es lo mismo».

El pobre Gaspar nos dice que «Llamazares es + izquierda». ¿Con relación a quién? ¿A Bono? ¿A Rouco Varela? Acaso en el mundo virtual de Second Life jugando a la lucha final.

Los de Dios y la Ley Vieja afirman: «Yo vivo en Euskadi» -nos habíamos dado cuenta, y como Dios, podríamos añadir; a renglón seguido: «¿tú, dónde vives?» Algunos aquí, aunque ilegales y en los extrarradios, otros sobreviven repartidos, en hotelitos tipo Soto del Real, a lo largo y ancho de la piel de toro,

Están también los novísimos de Aralar, «Ezkerra berri. Ezker aberri», ¿no recuerda un poquito a aquél «Aukera ederra, Euskadiko ezkerra»?, con un Jon Abril, de gran corazón, solidario para con todo tipo de víctimas, al tiempo que condena a diestro y siniestro.

En UPN se han liado con el lema «Tu voz en Madrid», cuando debiera poner «La voz de Madrid aquí». Después siempre afónicos por el aire de la sierra.

La intrépida Uxue Barcos apuesta por el meneíllo del moogimoogi que introduzca una «ética (no confundir con una ETA pequeñica) humanística (¿?) en la Política»; por eso al Senado mandan a un bioético, nada menos que al guapo de Tertuliano.