Arnotegi, de 426 metros y en las cercanías de Pagasarri, en el entorno de Ganekogorta, es un monte situado en el término municipal de Bilbo coronado por un repetidor y varias otras instalaciones electrónicas y de comunicación. A mediodía de ayer, una fuerte explosión causó importantes daños materiales en el repetidor. Sin embargo, desde el Departamento del Interior de Lakua sostienen que el artefacto explosivo estaba preparado a modo de trampa contra los artificieros de la Ertzaintza que acudieron al lugar tras la llamada de una persona que dijo hablar en nombre de ETA.

A las 8.40 horas, un comunicante llamó a la DYA de Bizkaia para alertar en nombre de la organización armada de que a las 10.00 horas estallaría una bomba en el citado repetidor. Agentes de la Policía autonómica acudieron entonces al lugar y acordonaron la zona, esperando a que pasara la hora anunciada antes de inspeccionar las instalaciones. Al poco tiempo, según citaron fuentes de Interior, localizaron un paquete junto a una ventana de la caseta situada al lado de la antena de televisión.

Al tocarlo el robot

En torno a las 12.00, los especialistas de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Ertzaintza decidieron hacer uso de un robot para examinar el paquete sospechoso y, al parecer, en cuanto la máquina tocó el artefacto éste hizo explosión, causando grandes daños materiales en el repetidor y una nube de polvo que se pudo ver desde el mismo centro de Bilbo, a 3 kilómetros del lugar de los hechos. Asimismo, desde el Ayuntamiento de la capital vizcaina informaron de que, a consecuencia de la explosión, dos canales de las emisoras internas de la Policía Municipal resultaron asimismo dañados.

Nadie resultó herido pero, a pesar de ello, Interior sostiene que la intención de ETA era atentar contra los agentes policiales. Según difundieron las agencias, la bomba tenía un dispositivo especial antimovimiento, de modo que, como sucedió, fuera activada al mínimo movimiento. Estas mismas fuentes apuntaron que los policías analizan la composición del artefacto y el tipo de explosivo utilizado, aunque al poco de producirse la explosión ya se difundió que la bomba estaría compuesta por entre 3 y 4 kilos de explosivo. El cordón policial se mantuvo en torno al repetidor hasta las 18.45 horas.

«Siniestra trampa»

El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, se sumó a la teoría de que el atentado de Bilbo estaba dirigido a los agentes de la Ertzaintza, y utilizó el término «siniestra trampa que ha puesto ETA» para referirse al artefacto.

Rubalcaba, durante un acto organizado por UGT en Sevilla, aplaudió la «profesionalidad e inteligencia» de los policías autonómicos y señaló que «quienes han puesto esta bomba serán detenidos y acabarán, como ha pasado con los últimos comandos, ante la Justicia».

La del ministro español fue una más del largo rosario de reacciones y condenas que, como es habitual tras cada acción de ETA, hicieron públicas los portavoces públicos e institucionales, la mayoría inmersos en la campaña electoral.

Así, en términos muy parecidos a los de Rubalcaba se expresó el delegado del Gobierno español en la CAV, Paulino Lues- ma, quien quiso trasladar un mensaje de «tranquilidad» a la ciudadanía, ya que las FSE «están sin bajar la guardia ni un momento», al tiempo que valoraba que «el destino que tienen estos mafiosos es pagar por lo que están haciendo».

El secretario general del PSE en Bizkaia y portavoz parlamentario de esta formación hizo un llamamiento a «responder» a la bomba acudiendo a las urnas, ya que, sostuvo, «los votos son el arma más poderosa frente a los delincuentes de ETA». «Tenemos una magnífica oportunidad el día 9 de marzo para demostrarle a esta gente que no son nada, que no son nadie, más que una banda de delincuentes a los que el único futuro que les queda es la aplicación de la ley y la cárcel», manifestó.

«Bofetada» a la Ertzaintza

Desde el PP, fueron muchos los portavoces que salieron a condenar el atentado. Entre ellos, su presidente en Bizkaia, Antonio Basagoiti, para quien «ETA intenta hacerse presente en campaña dando una bofetada a las elecciones en la cara de la Ertzaintza y en la cara de todos los vascos que estamos detrás de la Policía autonómica». Basagoiti pidió al Gobierno español que «deje de hacer quinielas acerca de si ETA está acabada o si ETA va a matar en las elecciones, y se dedique a deslegitimarla policial y socialmente». En el mismo partido, el ex ministro español del Interior, Angel Acebes, apuntó que «mientras ETA no esté derrotada tiene capacidad de poner bombas y matar».

También EA condenó el atentado de Arnotegi. Por medio de una nota de prensa, la formación que lidera Unai Ziarreta mostró su «repulsa por actos de este tipo, que atentan contra los principios de la democracia y la convivencia». A su parecer, este tipo de acciones «deslegitiman los lícitos objetivos políticos de los abertzales y suponen un serio obstáculo en el camino hacia la normalización política de Euskal Herria, que sólo llegará por medio de las vías políticas y democráticas».

Por parte de Ezker Batua, la cabeza de lista al Congreso por Gipuzkoa, Isabel López Aulestia, expresó su «más absoluta condena». En un acto electoral de su formación, López Aulestia señaló que «la campaña electoral es un ejercicio de diálogo y voluntad popular, y ETA no representa ni el diálogo ni la voluntad popular, su único objetivo es la amenaza y la extorsión».

Aralar también remitió una nota a los medios para «reprobar» el atentado realizado contra el repetidor de Arnotegi. Para este partido, «este tipo de atentados no nos conduce a ningún lado y no contribuyen en nada a la normalización política». Por ello, la formación que lidera Patxi Zabaleta instó a ETA a que «abandone definitivamente las armas y apueste seriamente por las vías políticas», al tiempo que le reprochó el tener «una clara voluntad de influir en la campaña electoral».

Desde dentro de la Policía autonómica, Erne valoró que «con esta nueva acción, ETA vuelve a intentar atentar e intimidar al colectivo de la Ertzaintza, como ya ocurrió el 11 de noviembre en Getxo», en referencia a los dos artefactos colocados por la organización armada en los juzgados de esta localidad.