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CRÓNICA | EMBALSES DE ALTO RIESGO

La sirena que alerta de los peligros de Itoitz y Esa se escucha también en las calles de Iruñea

Hace pocos días las sirenas sonaban en los pueblos del Valle del Irati para que los vecinos se vayan habituando a su sonido en caso de que se produzca una catástrofe. Miles de esos vecinos hicieron sonar ayer esas mismas sirenas en las calles de Iruñea para decir a los impulsores de las presas de Itoitz y Esa que estos proyectos no les dejan vivir tranquilos en sus propios pueblos.

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Iñaki VIGOR

«Estamos vivos y a tiempo. Itoitz hustu. Esa ez handitu». Este es el mensaje y la exigencia que alrededor de 4.000 personas expandieron ayer por las calles de Iruñea, respondiendo así a la convocatoria de manifestación realizada por diversos colectivos ecologistas y asociaciones sociales y vecinales. A pesar de que el mensaje transmitido incidía en el peligro real que suponen los grandes embalses de Itoitz y Esa para la población, la manifestación se llevó a cabo en medio de un ambiente eminentemente festivo, con cánticos, consignas y parodias en las que los participantes se mofaron del consejero navarro de Economía, Alvaro Miranda, que recientemente cayó al agua en Itoitz cuando hacía propaganda sobre los futuros «usos recreativos» que tendrá este gran embalse.

La manifestación comenzó a las 17:00 junto a la vieja estación de autobuses y estuvo vigilada de principio a fin por varias dotaciones de la Policía española. La juventud de la mayoría de los participantes se dejó notar en el ambiente festivo y humorístico de la marcha. Muchos de ellos no paraban de repetir consignas como «Consejero calavera, a bañarte a tu bañera», «Ahí se hunda el consejero con su dinero», «Esa, Itoitz, nadie os quiere hoy» o «No más pantanos, queremos ríos sanos», mientras otros participantes marchaban con flotadores en el cuello o atronaban con el sonido de la batukada junto a una gran pancarta con el lema «Itoitzekin etorkizunik ez. Independentzia».

«Disparate económico»

A lo largo del recorrido se exhibieron numerosas pancartas alusivas a los peligros que entrañan los embalses de Itoitz y Esa, muchas de ellas portadas por vecinos de Agoitz, Zangoza, Irunberri, Valle de Longida, Orotz y otras localidades del entorno de ambas presas.

La manifestación contó también con una nutrida representación de vecinos de Aragón afectados por el recrecimiento de Esa, que animaron la marcha con sus gaitas y tambores y exhibieron pancartas en lengua aragonesa. «A Naturaleza ye a unica que fa chustizia», decía una de ellas, junto a otras que mostraban el rechazo al pantano de Biscarrués.

Solidarios con Itoitz, Ekologistak Martxan, la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (Coagret) y okupas de pueblos portaron sus propias pancartas. A la manifestación también se unieron vecinos de Gares, que llevaron su rechazo a las presas proyectadas en el río Arga (Sarria). Muchas personas llevaban sus propios carteles con los más variados lemas, como «Gobierno de Navarra, asesino de pueblos», o «Ni presos ni presas, ni Itoitz ni Esa». También participó el presidente de la Fundación Nueva Cultural del Agua, Leandro del Moral. A su juicio, Itoitz y Esa son «dos ejemplos de arbitrariedad jurídica, de injustificación ambiental y ecológica y de disparate económico». En este sentido, constató que «no se están poniendo sobre la mesa los costes económicos de estas obras», y destacó la importancia de «explicar a los supuestos beneficiarios cuánto está costando lo que están haciendo».

Encabezada por el sonido de los ioaldunak, y entre constantes toques de sirena, la manifestación recorrió la Avenida de la Baja Navarra, Carlos III, Cortes de Navarra, Estella y Paseo de Sarasate, para concluir ante el Monumento a los Fueros. El sonido de la txalaparta dejó paso a la lectura de un comunicado en euskara, aragonés y castellano a cargo de vecinos de los pueblos afectados por Itoitz y Esa.

«Estos pantanos representan a la perfección el modelo de desarrollo depredador que impera en nuestras sociedades occidentales, alentado y promovido éste por unas oligarquías económicas y políticas cuyos únicos criterios de actuación son el dinero y el poder. Han destrozado nuestros ríos y valles, convirtiéndolos en inertes depósitos de agua. Han destruido pueblos, formas de vida ancestrales y un rico patrimonio histórico-artístico, con el falso pretexto del interés general. Han eliminado el componente vital del agua y de la Naturaleza, transformándolas en meros recursos con los que mercadear», afirmó Adrián Fernández Itoiz en nombre de la «Iniciativa Ciudadana Yesa no, Vida sí». Tras recordar que el recrecimiento de Esa y el llenado de Itoitz han llevado «el desasosiego y la inseguridad» a las vidas de miles de vecinos, emplazó a todas las formaciones políticas a que se posicionen en relación a estos dos embalses y expliquen «qué es lo que justifica el llevar adelante y a toda costa estas obras».

«Y pedimos que lo hagan cara a cara -añadió-, en abierto debate, con derecho a réplica de todas las partes implicadas y en igualdad de condiciones en relación a los medios de comunicación, que en algunos casos se decantan indudablemente hacia la versión oficial».

Las referencias a los peligros de estas obras y al «ridículo» que hizo el consejero Alvaro Miranda en Itoitz llegaron a continuación en forma de bertsos y de jotas en euskara. Pero la actuación más aplaudida fue la pequeña representación satírica realizada sobre la figura de Alvaro Miranda. Un joven trajeado que representaba al consejero de Economía, rodeado de asesores y fornidos guardaespaldas, subió al estrado instalado junto al Monumento a los Fueros y ofreció la versión oficial de su reciente «naufragio» en Itoitz: «Nuestra barca no se hundió. Nosotros nos tiramos al agua para demostrar que nuestros sistemas de salvamento no hacen aguas. No nos caímos, sino que nos tiramos. ¡Nos mojamos por Navarra!», explicó el «consejero».

La fuerte pitada que el «consejero» había recibido previamente por parte de los asistentes a la manifestación se tornó en risas, compartidas incluso por los agentes policiales que vigilaban de cerca el acto.

El acto de ayer se dio por finalizado con un prolongado irrintzi, a modo de alarma por los peligros que entrañan los embalses de Itoitz y Esa pero también como forma de decir que «Los vecinos estamos vivos y a tiempo».

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