En opinión de la formación ekintzale, la pobreza se ha convertido en una «cuestión estructural» y para sostener esta afirmación se apoya en un estudio publicado en diciembre del pasado año por Bilbao Metrópoli 30 y Lan Ekintza. En éste informe se llega a afirmar que el 23% de los bilbainos viven por debajo del umbral de la pobreza.

ANV va más allá en su análisis y subraya que la actuación del Ayuntamiento de la capital vizcaina no sirve para afrontar esta delicada situación. Así, manifiesta que «más que gestionar ayudas que, a fin de cuentas, no son sino parcheos, el Ayuntamiento debería centrarse en tratar de solucionar el problema».

Profundiza esta formación en que la función de las ayudas de emergencia social -que en el consistorio bilbaino se han tramitado entre el 4 y el 15 de febrero- debería ser la de cubrir las necesidades extraordinarias urgentes «no la de paliar las deficiencias estructurales, tal y como está ocurriendo en la actualidad». Añade que «las ayudas de emergencia no saben de calendario, pueden producirse en cualquier momento del año, por lo que su solicitud no debería estar cerrada a un periodo concreto del año».

Lentitud y escasez

La crítica de ANV descubre que el proceso de concesión de estas ayudas es muy lenta y no tiene en cuenta los diferentes niveles de necesidad o urgencia: «el primero que llega se lleva la ayuda», explican muy gráficamente.

Además, la formación ekintzale considera imprescindible aumentar la partida económica destinada a este apartado, puesto que «no es de recibo que el dinero presupuestado sea una cantidad estanca que no dependa del número de solicitudes; una vez que se acaba la cantidad presupuestada no hay nuevas remesas hasta el año siguiente». Por ello, propone la creación de un fondo municipal propio para afrontar las necesidades.

También el procedimiento de cita previa para las solicitudes es objeto de análisis por parte de ANV, que critica la centralización del sistema en el centro cívico de San Francisco, eliminando así la posibilidad de que cada ciudadano lo haga en su propio distrito y provocando largas colas. Finalmente, llaman la atención sobre que muchas personas, entre ellas ancianos necesitados, «se han quedado sin cita para este año y está tramitando quejas en La Bolsa».