La temporada de Patagonia 07-08 sigue su curso. En estas páginas tuvimos tiempo para «empaparnos» con una de las actividades más sonadas: la Travesía del Cerro Torre a cargo de Colin Haley y Rolando Garibotti. Ahora nos toca resumir lo que han dado de sí estos dos primeros meses del año. Y, a grandes rasgos, los resultados de algunos alpinistas que se han dejado caer por las torres patagónicas de Argentina y Chile han sido sobresalientes. Según informan desde esas áreas, esta temporada se está caracterizando por la proliferación de más ventanas de buen tiempo. Esto, cómo no, está ayudando a que los visitantes de las torres graníticas aprovechen estas inmejorables oportunidades para llevar a cabo escaladas con un buen sello de calidad. Además, como siempre, la tónica principal ha sido la pluralidad: aperturas en solitario o en cordada, escaladas en caras vírgenes, primeras en estilo alpino...

Empezamos a desmenuzar lo acontecido en ese terreno de juego excepcional con la apertura en solitario de Dave Turner en la cara este del Cerro Escudo (Chile). El escalador estadounidense es uno de los grandes especialistas de la escalada en Yosemite, y, gracias a su impronta, ha firmado una espectacular actividad. Por de pronto se ha hecho con el primer grado VII en solo. Turner se fue a esa desplomada y aérea pared, que se encuentra muy cerca de las Torres del Paine. En la más absoluta soledad y en 34 días de permanencia en pared firma una obra titulada Taste the Paine con dificultades técnicas de hasta A4+. De esta forma, Turner ha querido en cierta forma emular el trabajo desarrollado en 1995 por Chris Breemer, Brad Jarret y Christian Santelices, quienes protagonizaron una de las ascensiones más duras de la historia de las grandes paredes chilenas con The Dream (VII, A4+).

Este joven californiano de 26 años, con toda la casa encima, escaló en estilo cápsula esta nueva vía de 1.200 metros y con un carácter muy desplomado. Además, a diferencia de sus antecesores, Turner se embolsaba la primera a la cima de dicha cara, y es que The Dream no acaba en ella. Todavía se desconocen los detalles de la línea abierta, aunque declaraba que su intención era establecer una ruta más directa que la realizada por sus compatriotas. Lo que está claro es que se ha despachado a gusto: «He cumplido todos mis sueños de los últimos años con esta actividad». Y por si fuera poco, aunque no sea un tema de records, el estadounidense ha superado con creces la marca de permanencia en pared por «goleada». Y es que hasta esa fecha era Steve Schneider quien la poseía cuando en 1999 abrió durante 11 días la vía Golazo en la Torre Central del Paine.

De nuevo, Los 40 Ruggenti

Sin salir de la zona de las Torres del Paine, los siguientes protagonistas también han querido aportar con su saber hacer a la historia de estas torres. Nos referimos a tres titanes del grupo italiano Los 40 Ruggenti: Rolando Larcher, Fabio Leoni y Elio Orlandi. Ya en la temporada pasada, nos obsequiaban con la apertura de Osa, ma non troppo en el apenas visitado Cerro Cota 2000. En esta ocasión, se han decantado por la cara este de la Torre Central del Paine. Y en esa inmensa pared finalizan el 7 de febrero El Gordo, el Flaco y l'Abuelito.

Una nueva línea de 1.250 metros y dificultades de 7a+ y A3+. Según adelantan los italianos, tras tres días de preparación, se metieron de lleno en la pared: «De Italia a la base de la pared transcurrieron tres días. Después de los habituales preparativos empezamos a trabajar y, tras 11 días en la pared, el pasado día 7 terminamos la escalada. Son 23 tiradas de 65-70 metros cada una. Éramos tres colegas, escalando sin presión y con el sueño de crear algo nuevo. Un estilo pulido, en una pared inmensa y siguiendo una línea todavía posible. ¿Se podía pedir más?».

Y terminamos en las Torres del Paine, para señalar que Pedro Cifuentes se ha convertido en el primer escalador del Estado español y de los pocos del mundo en hacerse con las tres torres en una misma temporada. Para la Norte, Cifuentes subió por la Monzino (400m, 6a+). En la Sur escaló la Andrea Oggioni (1.000m, A2, 6a+) y en la Central, la Bonington (650m, 7a+); en esta última hizo algunos pasos de A1.

Unos días más tarde, la cordada formada por Jonathan Trango y Antonio Urbaneja repetía la actividad. Eso sí, lo consiguieron en 10 días y todo en libre. En la Norte subieron la Monzino en 11 horas (ida-vuelta CB). El Espígolo Norte de la Sur (900m, 6c), en 20 horas. Y la Bonington, en la Central, en 23 horas. Esta última ha sido la única vía que no la pudieron sacar totalmente a vista, ya que tuvieron dos caídas en el paso clave.

Patagonia argentina

Al igual que en la zona de las Torres del Paine, en los monolitos de sus hermanas argentinas también ha habido movimiento del bueno. Por ejemplo, una de las vías estrellas del Fitz Roy, Royal Flush, ha conocido su primera ascensión en estilo alpino. Esta emblemática ruta de los Albert, Arnold, Gershel y Richtre del 95 (7c, A2) ha sido asediada durante estos últimos años por un buen ramillete de escaladores de primer orden. Y es que quedaban varias cuestiones pendientes. Una, que faltaban dos secciones por liberarse y que su ascensión completa todavía seguía coja.

Sobre esta última cuestión, es decir, sobre la primera ascensión integral, adelantar que fueron Guner Gäbel, Michael Schafroth y Rainer Treppte los que se llevaron el gato al agua en 1998. Misión cumplida. Luego llegaron los intentos en libre. Los que más cerca han estado son Tommy Cadwell y Topher Donahue, quienes en el 2005 liberaban el largo crucial de 7c, pero en su intento de llegar a cima se retiraron debido al estado del hielo y a las condiciones climatológicas.

Durante el pasado enero, en cambio, a los estadounidenses Jimmy Hayden y Mike Pennings una ventana de buen tiempo les ayudó a llevarse la primera ascensión en estilo alpino y la segunda completa de la ruta. En total, 1.220 metros de recorrido, 48 horas de escalada y gran parte de la vía en libre.

Sin salir de este escenario, otro dos escaladores de Estado Unidos, Dana Drummod y Freddie Wilkinson, unen en tres jornadas, entre los pasados días 5 y 8, la Aguja Guillaumet, la Aguja Mermoz y el Fitz Roy. Una travesía a la que la han llamado Care Bear Traverse. Para la Guillaumet eligen abrir una nueva vía en la cara oeste: The lost men (550m, 6b+, A0). En la Mermoz se pasean en libre por el Pilar Rojo de Albert y Arnold del 99 (7b, pero para los estadounidenses no pasa del 7a). Y en el Fitz Roy escalan una pequeña variante por el Pilar Norte: The Hoser Chimney (6a, A1, M5).

En el Cerro Piergiorgio se han dejado ver Hervé Bramase y Cristian Brenna. Los italianos firmaron entre los días 7 y 8 del presente mes la primera a la pared noroeste de dicha montaña: La Routa de l'Hermano ( 6b+, A3). Fueron 33 horas de escalada para una nueva ruta que les trajo por la calle de la amargura, ya que apenas encontraron secciones buenas de roca. La línea se dibuja en el centro de la pared y tiene una recorrido de 1.150 metros para 29 tiradas: «Han sido más del mil metros de verdadero miedo. Se trata de una pared alta, bella y robusta, pero con un granito decadente. ¡Sólo 3 de los 29 largos tienen buena roca! Fijamos los largos del inicio. Creemos que para esta vía es casi imposible un estilo rápido; es un sueño. El estado de la roca no permite la escalada libre; solamente unos metros. Toda la vía es una sucesión de expandings y escamas o desconchados. Y, claro, la protección es muy chunga. Lo bueno de toda esta historia ha sido la experiencia humana que hemos vivido y que hemos podido escalar una pared virgen de Patagonia».

En la cara norte de la Poincenot, nueva vía sostenida y directísima. La firmada por el quebequés Sacha Friedlin y el francés Fredéric Maltais: Banana Wall (VI, 6b+, M6+, 700m). La escalaron entre los días 17 y 19 de enero, y no utilizaron parabolts y clavos.

Y para terminar, aunque no haya sido una actividad de referencia, citaremos el viaje del vizcaino Jonatan Larrañaga a las agujas del macizo del Fitz Roy. Allí, junto al catalán Oriol Baró, escala tres clásicas: la Willians (650m ,MD+) en la Este de la Poincenot, la vía Vela y Viento (600m, 7b; 6b-A1 obligado) en el Pilar Rojo de la Mermoz y el couloir Amy (450m, MD) en la Aguja Guillaumet.