Con sólo 32 años de edad, Kurti ya ha pasado varias veces por la cárcel. La primera por manifestarse contra la represión del líder serbio Slobodan Milosevic sobre los kosovares en 1999. La última apenas hace un año, después de una marcha pacífica contra la Unmik, en la cuál murieron dos activistas por disparos de policías rumanos de las fuerzas de seguridad internacionales.

Tras cinco meses en prisión y otros tantos bajo arresto domiciliario, ¿cuál es su situación?

Los jueces internacionales tuvieron que suspender mi proceso ante la imposibilidad de darme un juicio justo. Realicé un llamamiento público a los consejos de defensa a no defenderme porque no reconozco a la Corte y los abogados respondieron positivamente. Hubo una desobediencia general y bloqueamos un sistema injusto. Sin embargo, la pregunta es ¿por qué los tribunales internacionales, que tratan crímenes de guerra y violencia interétnica, aceptaron mi caso? En cinco meses de cárcel, sólo me interrogaron una vez. La investigación no era el objetivo, el fin era aislarme.

¿Quién le denunció y de qué le acusaron?

Fue la Policía albanesa a partir de denuncias falsas. En el juicio, el testigo clave en el proceso negó su declaración y dijo que había sido falseada. Me acusaron de peligro público, de obstrucción a la justicia y de cultura de resistencia, una acusación que, como dije en el proceso, me encanta. Es lo que he estado haciendo toda mi vida y agradezco que me lo reconozcan.

La comunidad internacional asegura que el de Kosovo es un caso sui generis y que por lo tanto no es extrapolable a otras regiones.

No considero que Kosovo sea sui generis. Tal afirmación es negativa porque si es un caso especial quiere decir que pueden experimentar con él. Quiere decir que no han servido de nada las lecciones de la historia y pretende anular a otros pueblos que también desean la autodeterminación. Al contrario, somos un caso clásico de opresión y colonización. Desde la comunidad internacional, lo que se quiere mostrar es que sólo siendo sui generis, es decir, sumiso y obediente a una gran potencia, se puede conseguir la independencia. Ello también busca minar la solidaridad y apoyo entre los pueblos oprimidos del mundo. Odian a nuestro movimiento porque no queremos la independencia como un regalo que merezcamos sino como un derecho. Lo que está aplicando la comunidad internacional no es una independencia real. Lo que queremos es una independencia con plena soberanía, fruto de la autodeterminación y la descolonización, y no creemos que sea un regalo que nos dan sino un derecho nuestro.

¿O sea que no está feliz al cien por cien con el proceso actual en Kosovo?

Ni mucho menos. La comunidad internacional y el Gobierno han estado centrando la atención en la fecha de la independencia para no hablar de la calidad de ésta. Toda esta gran fiesta sólo ha sido para colarnos esta nueva bandera, que nos separa de Albania, y la llegada de la Eulex [la misión de la UE] y el paquete de Ahtisaari, que creará una nueva República Srpska como en Bosnia dentro de Kosovo. Busca mantener a los albaneses distraídos mientras Serbia crea sus estructuras paralelas dentro de Kosovo, del que ya controla el 25% del territorio. Esta independencia no conlleva integridad territorial, ni asiento en la ONU, ni permite a Kosovo formar un ejército para protegernos. Es decir, nos han reconocido pero seguimos siendo dependientes. Es como cuando te regalan una caja pero cuando la abres esta vacía. En este caso, no estoy diciendo que esté completamente vacía pero sí que lo está más de lo que la gente se cree.

Explíquese.

El paquete de Martii Ahtisaari, que está dentro de la declaración de independencia, reconoce el derecho de las municipalidades serbias a conectarse horizontalmente entre ellas y verticalmente con Belgrado: una República Srpska dentro de Kosovo. Por otro lado, las fuerzas de seguridad sólo pueden estar formadas por 25.000 personas, con armamento ligero y bajo control de la OTAN. Además, Serbia no se compromete a pagar los daños de una guerra en la que 120.000 casas fueron destrozadas o dañadas, 10.000 personas fueron asesinadas, 840.000 expulsadas de Kosovo, 2.000 están aún desaparecidas y 20.000 mujeres fueron violadas.

El sistema de doble mayoría en el parlamento significa que los serbios pueden bloquear las instituciones y además, tenemos el problema con la extraterritorialidad de los monasterios ortodoxos. Serbia argumenta que los albaneses tienen un derecho étnico pero los serbios un derecho histórico, quiere jugar al choque religioso. La presencia de la Eulex, que traerá policías y jueces, es una manera autoritaria de crear un estado, como en Bosnia, con un monarca internacional. Finalmente, la premisa es la estabilidad, no el desarrollo. Estabilidad es la palabra aunque signifique estabilizar la miseria.

Frente a esta situación, ¿prevén to organizar nuevas protestas?

Vamos a hacer protestas y manifestaciones contra la Eulex y contra la implementación del paquete Ahtisaari e intentar organizar un poco mas el descontento socioeconómico. En breve la gente deberá enfrentarse a esta independencia vacía.

Así las cosas, ¿qué futuro ve para el nuevo país?

Depende mucho de cual sea el plan de Serbia. Cinco municipalidades están bajo control de Belgrado, que quiere unir el este de Kosovo para aislar el valle de Presevo, territorio serbio de población mayoritariamente albanesa. Sucedió lo mismo en Bosnia. Fue reconocida como país pero en los acuerdos de paz de Dayton se legitimó la partición. La cantonalización de Kosovo es un gran riesgo. Kosovo se está separando de Serbia pero Serbia está entrando en Kosovo. La descentralización es buena pero cuando se tiene soberanía. Durante la antigua Yugoslavia nos dieron autonomía, una descentralización formal. ¿Para qué? Para que no hubiera una secesión. Si las estructuras serbias intentan establecer fronteras internas y conectar estos territorios entre ellos será el final de la paz.

¿Es pesimista?

Soy pesimista constructivo. Creo que deberíamos ser muy críticos con lo que se está preparando. Para mi, el punto de mira está en por qué no se ha organizado un referéndum. Un referéndum obliga a los políticos a someter a votación popular estas decisiones ya votadas. Cuando estaba en la cárcel me dijeron: `¿Albin, dónde quieres dormir, en la litera de arriba o en la de abajo?', yo les conteste: `quiero salir de la cárcel'. Ellos dijeron `no, no, tu te quedas en la celda, ¿pero en que cama quieres dormir?'. Lo mismo sucede con la Unmik, que me da a escoger sólo el partido a votar pero no la estructura ni los elementos fundamentales del estado.

Pero la mayoría de la población votó por Thaci, el actual primer ministro...

En las últimas elecciones votaron un 37% de los kosovares, es decir, la mayoría era un 20%. Un 60% no votó porque no están de acuerdo con ningún partido político, no quieren votar a unas instituciones sin soberanía.

¿Cuál es tu relación con estas instituciones?

Ninguna. Algunos políticos regionales de rango medio nos dan apoyo pero los altos políticos, en general, nos odian. Quieren vendernos esto como una historia maravillosa y confunden el silencio de la gente con consentimiento, pero nuestro movimiento les interpela.

¿Ve posible la unión de Kosovo con Albania?

Cuanto mas se hable de la partición de Kosovo o de divisiones internas más gente mirará hacia Albania.

¿Qué modelo de estado defiende?

Una república democrática donde los ciudadanos sean iguales frente a la ley. Ahora los políticos están preparando la constitución pero el desarrollo económico es crucial.

¿Cree que la independencia solucionará los graves problemas económicos del territorio?

La independencia no solucionara los problemas pero abrirá oportunidades para solucionarlos. Por ejemplo, cada año se marchan 50 millones de euros a Mónaco por la telefonía móvil. El objetivo es que todo este dinero se quede aquí y sirva para mejorar la situación.

¿Qué potenciales económicos tiene la zona?

Energía, minas y agricultura. Además, tenemos multitud de gente cualificada que está en Europa occidental. Para hacerlos volver se necesita un buen gobierno con un sólido proyecto de desarrollo.

¿Cree que hay algún camino para facilitar la integración de la población serbia?

Si tienes un albanés y un serbio trabajando juntos en una fabrica por 300 euros se solidarizaran y cooperaran. Pero con la miseria actual y el bajo nivel de desarrollo la integración no puede funcionar. En un salón de té todo el mundo es un gentleman pero en las actuales condiciones incluso entre los mejores amigos surgen hostilidades. Por otro lado, tampoco podemos dar tanta importancia a los serbios ya que sólo son entre un 5% y un 7% de la población.