Se contaban ayer por decenas los artículos dedicados a analizar, diseccionar y hasta interpretar signos cabalísticos del debate protagonizado por Rajoy y Rodríguez Zapatero la noche anterior. Y cada cual veía el asunto con el color de sus propias lentes. Me quedo con los titulares.

Según «Deia», «Zapatero y Rajoy `pasan' de Euskadi en el debate» mientras «Diario de Noticias» (socio del anterior) aseguraba que «Zapatero salva el debate. Un agresivo Rajoy no pone en aprietos al líder del PSOE, que defiende su gestión con cifras». También en su portada el rotativo navarro destacaba la única reacción de Uxue Barcos, que «denuncia la utilización de Navarra».

En otro de los medios del mismo grupo, en «Noticias de Gipuzkoa» el asunto merecía menos relevancia y se limitaban a asegurar que «Zapatero y Rajoy se enzarzan en un farragoso debate de cifras. El encorsetado formato no aportó nada nuevo al discurso tradicional de ambos líderes».

Tampoco «El País» quiso mojarse demasiado y titulaba su primera con un mustio «Zapatero y Rajoy se descalifican en un debate áspero e intenso». Con más fervor se le veía al portadista de «Público», que sentenciaba: «La crispación pierde a Rajoy. Zapatero se impone por más de 15 puntos y deja a su rival sin la victoria que necesitaba». Y es que «Público» se basaba en una encuesta-flash según la cual ZP le habría propinado una paliza de órdago a su contrincante.

Desde el otro lado del cuadrilátero, «Abc» aseguraba que «Rajoy pone en aprietos a Zapatero en educación, inmigración, precios y ETA». Ya ven que el color de las lentes es muy importante para ver las cosas.

Y, sin cambiar de gafas, en «La Razón» tampoco se andaban con chiquitas: «Rajoy gana la batalla de la confianza».

Y, más discreto, pero sin ocultar en ningún momento el entusiasmo del groopy, Pedro J. Ramírez titulaba en «El Mundo»: «Un Rajoy siempre al ataque obliga a Zapatero a escudarse en el pasado».

Y, por último, si quieren observar la condescendencia hecha titular, vayan a «El Correo Español»: «Un primer combate sin K.O.» a eso le llaman querer quedar bien con todos.