Askapena agradeció ayer a través de un comunicado y felicitó a todas las personas y agentes que han tomado parte en las actividades desarrolladas en la II Semana de Solidaridad Internacional con Euskal Herria. El organismo internacionalista detalla que la participación en esta iniciativa ha sido «amplia y muy numerosa». Si bien explican que no disponen de todos los datos, desde Askapena expresan una «profunda alegría» porque se han realizado actividades de solidaridad con este pueblo en 25 ciudades europeas y americanas como Valladolid, Barcelona, París, Valencia, Cork, Dublín, Derry, Belfast, Roma, Torino, Caracas, Santiago de Chile, Cali, México D.F. o Montevideo.

Según Askapena, este dato es significativo porque supone que se han realizado «más del doble» de las movilizaciones que las organizadas el año pasado.

En este sentido, informan de que las personas solidarias con Euskal Herria que han tomado parte en las distintas dinámicas también han sido más, y tras los primeros recuentos se puede afirmar que más de 2.000 personas han participado de las distintas actividades organizadas. Asimismo, resaltan que los grupos de solidaridad con Euskal Herria «Euskal Herriaren Lagunak» (EHL) han aumentado, y también lo ha hecho la participación de otros grupos y organizaciones sociales y políticas.

Primer puesto en Europa

A este respecto, Askapena insiste en valorar el «auge» de la solidaridad internacional con nuestro pueblo en comparación al año anterior y apunta que el «crecimiento» se debe fundamentalmente «al gran y buen trabajo realizado» y, sobre todo, «al recrudecimiento de la política de negación y represión por parte de los Estados español y francés».

Según denuncia, «ambos estados han llevado la represión a los más altos niveles y hoy en día cualquier persona o grupo con compromiso que trabaje en la construcción de Euskal Herria está en el punto de mira». Por ello, incidien en que «aunque nunca hayamos conocido democracia alguna para Euskal Herria hasta ahora, el estado de excepción impuesto en los últimos años nos ha llevado al primer puesto en Europa a nivel de violaciones de derechos civiles, políticos y humanos».

Para la asociación internacionalista con estas actuaciones pretenden que la ciudadanía vasca se meta en casa «encojida por el miedo», de la misma forma que querrían que «los amigos solidarios de Euskal Herria cerraran sus ojos, taparan sus oídos y enmudecieran su boca». Sin embargo, destacan que con la apuesta represiva «no van a frenar a Euskal Herria, ni van a cortar los lazos solidarios con este pueblo».

Askapena anade en su nota que «la represión y negación hace daño a la salud democrática de los estados, y asi como hoy pegan contra la izquierda vasca, mañana lo harán contra otros grupos de izquierda o independentistas». Además, señala que generan «más sufrimiento», pero que sus acciones «son totalmente vanas contra las ansias de libertad» de Euskal Herria.

En esa línea, opinan que para «frenar» la política represora de los Estados español y francés «la clave» es «seguir adelante en nuestra lucha de liberación», y que «la solidaridad internacional es imprescindible».

«Solidarizarse no es gratuito»

A pesar de la respuesta positiva que ha recibido las muestras de solidaridad con Euskal Herria, Askapeña apunta que «no podemos dejar pasar sin denunciar la fuerte presencia policial, que como el año pasado, se ha hecho notar en la mayoría de las iniciativas y en algunos lugares de manera asfixiante».

En este sentido, recuerda la actuación que realizó la Policía francesa el año pasado en Paris donde detuvieron a 16 personas que se concentraban de manera pacífica sin que se hubiera producido ni el más mínimo incidente y que este año «se han visto muchos tipos de uniformes distintos en otros tantos estados, asi como otros muchos policías de paisano».

Según relata este organismo «en algunos sitios más disimuladamente que en otros han tomado fotos, realizado grabaciones y en Caracas llegaron a lanzarse contra los manifestantes con bombas de gases lacrimógenos, que además se transformaron en una grave intoxicación mediática, que busca la criminalización de estos grupos». Por ello, valoran que «denunciar el estado de excepción en el que vive Euskal Herria y solidarizarse con ella no es gratuito» y agradecen por ello «el magnifíco trabajo realizado expandiendo a los cuatro vientos la política de negación y represión de los Estados francés y español».