BASQUET COUNTRY
Cuidado con la fiebre amarilla...
Imanol AMIANO
Pareció como si Barça, Unicaja, iurbentia y Tau se hubieran puesto de acuerdo para tomarse un respiro y dar otro al Fuenla, Menorca, Cajasol y Estudiantes, respectivamente. Los blaugrana, ya sin Dusko el brusko, siguen igual de lastimosos; a los de Scariolo, descompuestos, no les sirvió encomendarse al recital de un desconocido Jiménez; los men in black Huertas y Salgado no pudieron con los siete triples del alienígena Tyrone Ellis y la venganza de Perasovic fue servida, en caliente y bandeja de plata, por la estulticia de alguno y la desidia de casi todos –Estudiantes rozó la centena cuando a duras penas pasa de 70 puntos–.
Hubo atenuantes, es cierto. En Sevilla, en el club de las segundas oportunidades, sin el transfer para Mile Ilic –toda una incógnita sus 215 centímetros NBA con grave lesión de tobillo por medio; Rancik también llegó rebotado tras una arritmia–, Pasalic jugó con unas décimas y Weis hizo de tripas corazón –llegó a vomitar un par de veces a pie de pista–.
También tuvo problemas gástricos Pablo Prigioni en Madrid, lo que limitó a casi testimonial su participación ante Estudiantes. Planinic pareció asumir el panorama, hasta que una falta inexistente le calentó la caldera. Técnica y al banco. Inexcusable. Con Rako tocado, Vidal ejerció de base-apagafuegos... y casi extingue el incendio. Pero, claro, si Caio Torres, que le va a ceder su plaza al LEB Oriol Junyent, se come a McDonald y Teletovic...
Y en éstas, viaje a Salónica. Evidentemente, este Aris poco tiene que ver con el que entró en las tres primeras Final Four para caer en semis ante el Philips Milán de Bob McAdoo, el Maccabi de Magee-Jamchi-Barlow y el Barça de Epi. Massey y Mottola no son Gallis y Yannakis, pero con las defensas bajas, cuidado con la fiebre amarilla...