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Siemens anuncia una dura reestructuración que acabará con 6.800 empleos

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El grupo de ingeniería alemán Siemens confirmó ayer su intención de eliminar alrededor de 6.800 empleos en su filial de telecomunicaciones corporativas Siemens Enterprise Communications (SEN), en el marco de la dura reestructuración de la citada unidad.

La multinacional pretende deshacerse de unos 6.800 empleos de un total de 17.500. De ellos, alrededor de 3.800 son puestos de trabajo directos, de los que 2.000 serán eliminados en Alemania y pretende recortar otros 3.000 empleos, 1.200 en Alemania, mediante la venta de fábricas y subcontratas.

La compañía afirmó que esta transformación es «absolutamente esencial» en un mercado de las telecomunicaciones «dramáticamente cambiante».

El plan de esta reestructuración, que costará entre 100 y 500 millones, según el director financiero de Siemens, Joe Kaeser, es abandonar la producción de teléfonos, terminales y otros módems, para centrarse en el suministro de programas informáticos y servicios.

Según Kaeser, «comenzaremos acelerando la reorientación de SEN y la reestructuración de las actividades relacionadas bajo control de Siemens para garantizar que las medidas de personal adoptadas sobre estos cambios sean todo lo socialmente compatibles como sea posible».

Siemens tampoco excluye cerrar fábricas. Tiene centros de producción en Leipzig, en el este de Alemania, en Salónica (Grecia) y Curitiba (Brasil). No obstante, el grupo se apresuró a precisar que los empleos en Leipzig se garantizaban «por algunos años», para intentar evitar una enérgica oposición en Alemania.

Siemens apuntó que los centros de recepción de pedidos de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, en los que trabajan unos 1.100 empleados no forman parte de las actividades nucleares de la compañías y serán vendidas. Además de la transformación de su modelo de negocio SEN expandirá su posición en mercados como China y Rusia.

Nokia cierra una planta

Los planes de Siemens llegan después de que hace unas semanas el grupo finlandés Nokia anunciara el cierre de su planta de Bochum (oeste), con el despido de 2.300 trabajadores.

Asimismo, se teme que tras los móviles sea el turno de las empresas de componentes electrónicos, según algunos expertos, lo que afectaría especialmente a la ex RDA. En este sentido, en la ciudad de Dresde (este) existe una honda preocupación por el futuro de empresas como Quimonda e Infineon, que han entrado en pérdidas, y emplean a miles de personas.

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