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IBILIZ IBILI | Josu GRANJA

Kanpantorreta desde Ezkillar una directa a Eskuagatx

El macizo de Eskuagatx, en el entorno de Durangaldea, se sitúa entre los de Anboto-Untzillatx y Legargain-Aramotz, y tiene un poco de cada uno. De aquéllos, las verticales y cortados que presenta por la cara oeste y norte; de éstos, un complicado karst en la parte superior. Ofrece una vía muy interesante de ascenso por el espolón noreste o de Ezkillar, que se puede culminar hasta Kanpantorreta. Esta no es la cumbre más elevada de Eskuagatx (título que ostenta Errialtabaso) pero sí lo parece, sobre todo desde las inmediaciones de Durango, y es la que mejores vistas ofrece. El espolón presenta una trepada potente y sostenida, sin dificultad técnica, y rodeada del airoso ambiente tan genuino de estas cumbres calizas. El descenso lo haremos por otra vía expeditiva, el corredor de Pagasate, que nos permitirá disfrutar del paisaje de los cortados y saber dónde se mató al último oso de Bizkaia.

De Arrueta a Ezkillar

Hemos de situarnos en Mañaria, en la base de la cara noreste de Eskuagatx. Aprovechamos para denunciar, una vez más, la flagrante situación de la cantera de Sallobente, que aún no se ha paralizado. Intereses particulares se podrán colgar la vergonzosa medalla de pasar por encima de la ley, mordiendo el parque natural.

Se trata de remontar la vertiente por el extremo que da a los cortados del norte. En su tercio inferior, la gran cuesta está poblada por un cerrado encinar, por eso es más lógico evitarlo subiendo por la carretera asfaltada hasta el barrio de Arrueta (330 m). Más arriba, sigue la pista de tierra que recorre toda la margen derecha del barranco del Erleabe, bajo los cortados del espolón. Después de la barrera del parque natural sale a la izquierda otra pista hacia un depósito. En varias revueltas se aproxima a la base del cortado, donde un aprisco busca el cobijo para el ganado. En este lugar es posible ganar la parte superior trepando por dos pasos entre grandes bloques (I+) (0.20 h). Estamos ya en la base del espolón. La vertiente es un lapiaz muy inclinado, aunque la roca es bastante compacta. Apenas hay que apoyar las manos, pero sí es necesario el sentido del equilibrio. Es conveniente ascender cerca del escarpe, por terreno despejado de encinas. Disfrutaremos de una vista espectacular sobre los murallones que desprende la sur de Mugarra. A los 750 m las calizas se toman un respiro, dando paso al verde. En este lugar despreciamos una senda que se cuelga por una cornisa al frente (paso de Irakun) y nos incorporamos de nuevo sobre la arista, a la izquierda. Una trepada más inclinada aún nos lleva a la cumbre de Ezkillar (865 m 1,20 h), que no tiene buzón. A nuestra espalda, la altura que hemos ganado nos regala el paisaje más «alpino» de Bizkaia, con la integral Anboto-Alluitz y Untzillatx en frente. Hacia arriba, la arista que traíamos gira al sur y se enrisca, alzándose hasta la cumbre de Kanpantorreta. Antes hemos de destrepar a la inmediata horcada herbosa (Pagasate), que es el lugar donde nos cuenta N. de Goikoetxea que en 1871 se mató el último oso en Bizkaia. Trasponemos la horcada hacia el lado de Dima y unos metros después cogemos una canal fácil que nos devuelve a la cara este. Entramos en terreno sombrío, entre hayas y algún roble. El karst es más afilado y a tramos puede complicarse, pues la zona está poco pisada. Lo mejor es mantenerse cerca de los escarpes de la derecha, pero sin salir hasta el borde. Hay que tener pie firme en los metros finales, pues las altas hierbas esconden agujeros entre las rocas. Por fin, coronamos el altivo vértice de Kanpantorreta (998 m 1,50 h), con un viejo buzón sin nombre y vistas a placer.

Para el descenso volveremos con cuidado a la horcada (853 m 2,20 h), estando atentos para no pasar de largo la pequeña chimenea que nos deja en ella. Nos dejamos caer por la pedrera, muy inclinada pero sin peligro. Es el corredor de Pagasate, expeditiva vía que busca un resquicio en la cara oeste de Eskuagatx. Desde abajo apenas se percibe entre las hayas que le dan nombre. Abajo veremos la pista del barranco, y una vez en ella (3 h) un paseo nos devuelve al punto de partida (3,20 h).

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