Azti identifica un pecio de similares características al bou «Nabarra»
Tal día como hoy, hace setenta y un años, se libró en aguas del Golfo de Bizkaia la batalla de Matxitxako. Coincidiendo con la efeméride, ayer salió a la luz el hallazgo de los restos de un navío que podría tratarse del bou «Nabarra», hundido entonces con buena parte de su tripulación después de enfrentarse al poderoso crucero de guerra franquista «Canarias». La comprobación definitiva se realizará esta primavera con participación de un equipo de buzos.
GARA | BERMEO
La Fundación Azti-Tecnalia lleva a cabo, por encargo del Gobierno de Lakua, la cartografía para la caracterización de los fondos de la plataforma continental vasca, con una finalidad medioambiental. En agosto pasado se llevó a cabo la recogida de datos en la zona comprendida entre Cabo Villano y Cabo Matxitxako, y al analizarlos los expertos identificaron un pecio en las proximidades de Matxitxako, sobre fondos de unos 100 metros de profundidad y en relativo buen estado.
El buque se halla partido en dos, por detrás del puente. A pesar de ello, los expertos han podido calcular sus dimensiones: se cree que tendría 65 ó 70 metros de eslora y la manga, que se puede medir perfectamente, alcanza los 10,40 metros en su parte más ancha.
Los expertos contrastaron la información obtenida durante el examen del buque encontrado en verano con el registro histórico existente. Los investigadores consideran que podría tratarse del bou ``Nabarra''. El bacaladero convertido en buque de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi se hundió con 30 de sus tripulantes, después de enfrentarse al ``Canarias'', el navío más potente de la Marina franquista.
El hecho de que esté partido en dos por la popa se corresponde con lo que dicen las crónicas de la época, que describen cómo el ``Nabarra'' se hundió de popa. Al chocar con el fondo se fracturó por detrás del puente y luego se posó sobre el lecho marino.
Todos estos indicios llevaron a los expertos a iniciar una investigación y recopilación de información histórica para intentar acotar las posibilidades de que se tratase de algún otro buque de similares características al bou ``Nabarra''.
A día de hoy no se ha encontrado registro alguno que indique el hundimiento de otro buque de similares características en la zona.
Con estos datos se decidió realizar una campaña para filmar el pecio y, de esta forma, poder obtener alguna prueba sobre la identidad del buque. La profundidad a la que se encuentran los restos del barco, cerca de 100 metros, limita y encarece enormemente una campaña de identificación mediante buceo y por ese motivo se decidió utilizar un vehículo submarino operado a distancia para obtener las primeras imágenes del barco.
Con el material histórico
El 15 de febrero se realizó la inspección y se procedió a explorar la proa del buque, ya que esta es la zona que, a priori, mejor parece estar conservada.
Durante la exploración, que duró algo más de cuatro horas, se registraron diversos elementos que posteriormente fueron analizados, comparando las imágenes obtenidas con el registro fotográfico histórico y con los planos disponibles del buque.
Estos planos corresponden al bacaladero de nombre original «Vendaval», antes de su reforma para pasar a formar parte de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi con la denominación de ``Nabarra''.
Los diversos elementos contrastados (maquinilla, barandilla, anclas, portillos...) coinciden con los de el buque que dirigía el comandante Enrique Moreno. Sin embargo, no se ha hallado una prueba concluyente de que se trate de este navío. Por ejemplo no ha sido posible localizar el cañón de proa, ya que la zona donde se ubicaría el mismo se halla muy deteriorada, tal vez debido a este punto fue uno de los objetivos principales del crucero «Canarias'' cuando disparó contra él.
El departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de Lakua emitió ayer una nota de prensa en la que señala que en estos momentos «se puede afirmar que el buque hundido reúne todas las características de un bou, pero sólo una inmersión mediante un equipo especializado de buzos y la extracción de una prueba concluyente (campana, restos personales...) podrán confirmar al cien por cien la identidad del barco».
«Hasta ese momento y aunque existe un grado de certeza absoluta de que es un bou -continúa la nota- es necesario mantener la máxima prudencia, ya que estamos hablando de un posible navío que luchó durante la Guerra Civil contra el franquismo y en el que murieron 30 gudaris. Y además se debe de tener en cuenta que nos podemos hallar ante un descubrimiento histórico de máxima relevancia y, por tanto, toda la prudencia es exigible».
Búsquedas sin éxito
La comprobación definitiva no podrá llevarse a cabo hasta la primavera, probablemente hasta mayo, cuando un grupo de buzos especializados se sumergirá en la zona en la que se ha detectado el pecio. Las labores consistirán entonces en la toma de muestras para la realización de las comprobaciones.
Han habido anteriores intentos de localizar el bou ``Nabarra'', aunque siempre sin éxito. Hace ocho años un barco del Servicio de Inspección Pesquera, dotado de modernos medios, localizó los restos de un navío que parecían corresponder a los del bacaladero. Sin embargo, la situación del barco hundido siguió siendo un misterio.
En el año 2002 Unai Artaloitia, miembro de la asociación Kresala, sociedad encargada del desarrollo de la carta arqueológica marina de la costa vasca, y Daniel Santamaría, bajaron hasta aproximadamente 120 metros y hallaron frente al cabo de Matxitxako un mercante del que no se tenía noticia. Sin embargo, tampoco en este caso localizaron ni rastro del bacaladero artillado.
El pecio hallado se encuentra partido en dos, lo que se corresponde con las crónicas de la época, que describen cómo el ``Nabarra'' se hundió de popa y al colisionar con el fondo se fracturó por detrás del puente.
Está previsto que un equipo de buzos visite los restos en primavera, probablemente en mayo, lo que aportará información determinante para la investigación.
En 1936, la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi estaba formada por una flota de pesqueros tripulados por voluntarios que carecían de formación militar pero destacaban por su entrega. El 4 de marzo zarparon de Portugalete cuatro bous para escoltar al mercante «Galdames», que trasladaba de Baiona a Bilbo a 173 civiles. Mientras, de El Ferrol había partido el crucero «Canarias», el más potente de la armada franquista, con mil hombres de tripulación. Los cuatro pesqueros navegaron con las luces apagadas, pero al amanecer se toparon con el Canarias, que rápidamente abrió fuego contra el primer bou, el «Gipuzkoa», causando cinco muertos. Horas después, el pesquero «Galdames», tras sufrir cuatro bajas, izó la bandera blanca, mientras el «Donostia» conseguía alejarse. Pero el «Nabarra», con 49 tripulantes, decidió presentar batalla. Durante hora y media sostuvo combate hasta que un disparo le alcanzó directamente en las calderas. El comandante, Enrique Moreno, autorizó su abandono pero él y varios tripulantes más prefirieron hundirse con el barco. Los 20 supervivienes fueron condenados a muerte, pero Franco les indultó después por su valentía.