La nueva escalada de la «guerra del gas» entre Rusia y Ucrania amenaza con recortes en los suministros con destino a Europa, que recibe del gigante ruso Gazprom un 40% de ese carburante, el 80% del cual circula por suelo ucraniano. La compañía estatal ucraniana Naftogaz enarboló ayer la amenaza de reducir el tránsito del gas ruso por su territorio si Gazprom recortaba otro 25% -hasta el 50%-, como prometió, el abastecimiento de carburante a Ucrania. Sin embargo, Volodymyr Ogryzko, ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, garantizó que el tránsito de gas se mantendrá «normalmente» pese al recorte de Gazprom.

«Naftogaz garantizará el tránsito ininterrumpido de gas para los consumidores europeos siempre y cuando no surja una amenaza para la seguridad energética de Ucrania», advirtió. Ésa fue la respuesta de Kiev al anuncio de Gazprom de que anoche reduciría, por segunda vez en 34 horas, el suministro a Ucrania.

Naftogaz agregó que si Gazprom no reanuda las entregas del barato gas centroasiático «se arroga el derecho de aplicar medidas adecuadas y asimétricas para proteger los intereses de los consumidores nacionales».

En el anterior episodio de esta «guerra del gas», en el invierno de 2006, Alemania, Italia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Eslovenia y el Estado francés sufrieron cortes de entre el 14 y el 44% en el suministro.

Las acusaciones de incumplimiento de los acuerdos entre Naftogaz y Gazprom son mutuas. El gigante ruso acusa a Ucrania de acumular deudas por importe de 600 millones de dólares, mientras que el Gobierno de Kiev asegura que Gazprom no ha abonado desde diciembre los derechos de tránsito por el suministro de gas a Europa a través de sus gasoductos, acusación que éste niega.