Un trallazo de Cesc escenificó la tragedia rossonera de ver eliminado ante su público al mejor equipo de los últimos tiempos en el torneo europeo por excelencia y actual campeón. Los de Ancelotti no pudieron con la frescura de un Arsenal al alza que, con este importante triunfo, se convierte en uno de los serios candidatos al título.

La eliminatoria se resolvió en el último tramo de la segunda parte -el golazo del catalán llegó a falta de siete minutos para el final- y fue el justo premio al mejor juego de los gunners frente a la racanería de los transalpinos. El 0-2 final de Adebayor en el descuento certificó el triunfo del buen fútbol en el Giuseppe Meazza.

Los de Wenger ya habían dado muestras de sus meritorias intenciones durante el primer tiempo, después de que se sacudieran el inicial dominio del Milan, al que le duró poco más de veinte minutos el depósito para pasar a ceder el dominio, jugando a la contra, y terminar siendo el conjunto ramplón de la presente temporada en el Scudetto.

Por contra, el más madrugador para encarrilar la eliminatoria fue el Barcelona. Por si en la ida no hubiera quedado patente la diferencia con respecto al simpático Celtic, Xavi no dejó ningún margen a la duda a los tres minutos, cuando anotó el 1-0 en una jugada muy bien trenzada por los culés, que a partir de ese momento se dedicaron a sestear.

La nota negra para los de Rijkaard fue la recaída de Messi, quien sufrió la misma lesión en su muslo izquierdo que le mantuvo apartado de los terrenos de juego durante mes y medio en diciembre y enero pasados.

Tan felices como los azulgranas se las prometía el Sevilla cuando sin haber llegado a los diez primeros minutos ya ganaba por 2-0 gracias a los tantos de Alves, de libre directo, y Keita, con un cañonazo de los suyos desde fuera del área, en los que puso su granito de arena el portero visitante Demirel, que luego se convertiría en el héroe de la eliminatoria.

No duró mucho la alegría en el Sánchez Pizjuán, ya que apenas diez minutos después el brasileño Deivid, a la postre bigoleador, mantenía a los suyos vivos en la eliminatoria. Kanouté, ya en la reanudación, pareció poner tierra de por medio, pero el delantero carioca del Fenerbahçe igualó el resultado de la ida. Tras la prórroga, en esta ocasión el Sevilla no fue tan afortunado desde los once metros y acabó sucumbiendo ante los otomanos, la gran sorpresa de los cuartos.

Por último, quien no falló fue el Manchester United, que hizo lo justito y necesario para dejar en la cuneta al Olympique de Lyon, gracias a un gol de su estrella, Cristiano Ronaldo, que resolvió con calidad un barullo dentro del área francesa a falta de cuatro minutos para el descanso en Old Trafford.