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Elecciones municipales y cantonales

Sarkozy, en apuros

Cuando ha transcurrido menos de un año desde su elección como presidente francés, el 6 de mayo de 2007, Nicolas Sarkozy se arriesga a sufrir hoy un serio tropiezo electoral. Los comicios municipales y cantonales constituyen todo un test para el dirigente conservador. Según ha publicado «Le Canard Enchaîné», el líder de la UMP habría confesado a sus más cercanos estos malos augurios: «Vamos hacia el fracaso, pero no sé si encajaremos sólo un golpe o una paliza en toda regla».

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Dante SANJURJO Periodista

Según el barómetro Figaro Magazine-TNS Sofres de marzo de 2008, el 75% de los franceses estima que las cosas van de mal en peor. A la pregunta de «¿tiene usted confianza en la capacidad de Sarkozy para resolver los problemas a los que se enfrenta actualmente Francia?», sólo un 37% responde afirmativamente, mientras que el 61% dice que no.

Para un presidente cuya cota de popularidad ha superado durante meses el 50%, el aterrizaje se hace difícil. En enero, Nicolas Sarkozy prometía hacer campaña de primera línea y presentaba incluso el escrutinio municipal como un reto de ámbito estatal. Sin embargo, lo cierto es que no se le ha visto en esta campaña.

Cerca de 300 diputados o senadores de su partido, UMP, se juegan un puesto de alcalde o de consejero general. Y muchos han optado por jugar la carta local y han preferido prescindir de la referencia del presidente. Incluso una buena parte de ellos ha optado por guardarse en el cajón la bandera de la UMP.

Sarkozy se ha expuesto tanto en todos los frentes -económico, social, de seguridad...- que es difícil saber qué es lo que más ha enfadado a los franceses. En todo caso, la mayoría de los analistas coincide a la hora de atribuir las dificultades por las que atraviesa el jefe del Estado a la fosa que se abre entre quienes, cada vez más, tienen dificultades para llegar a fin de mes y un presidente «people». Las encuestas constatan una escalada de los precios de productos de uso corriente desde hace un año. Y eso sucede cuando Sarkozy había ganado las elecciones con el mensaje de que sería «el presidente del poder adquisitivo».

Una oposición prudente. En pura lógica, los encargados de hacer los sondeos prefieren concentrarse en las grandes ciudades, en particular en las 36 que cuentan con más de 100.000 habitantes.

«De acuerdo a nuestros estudios, la izquierda puede ganar en varias de esas ciudades. Sin embargo, el sondeo no determina el voto y un arranque súbito de último minuto por parte del electorado de derechas, una desmovilización de electores de izquierda o un error en la recta final a las urnas puede hacer que todo cambie».

Además, no hay que olvidar que estas elecciones son locales, y el deseo, real, de ejercer un voto de castigo hacia el Gobierno no implica que queden olvidadas las cuestiones que se ventilan en el ámbito local: los transportes, el urbanismo, la acción cultural y social o el medioambiente.

Finalmente, el realineamiento de personalidades de la izquierda con el Gobierno ha sembrado la cizaña en sus filas. «Esta política de apertura de Sarkozy provoca un cierto enredo, confirma a GARA el director de la oficina del primer secretario del PS, François Hollande, al constatar que «el ejemplo ha partido de arriba y la base lo ha asimilado. En estas elecciones hay candidatos de derecha que han reclutado para sus listas a gentes de izquierda, y a la inversa. Esa mezcla no nos conviene, de ahí que nuestra estrategia sea la de concentrar el voto de la izquierda en la primera vuelta».

El objetivo del PS es ganar en 30 de las 668 ciudades de más de 20.000 habitantes, la mayoria de las cuales cuentan actualmente con un alcalde de derecha, y de arrebatar a la derecha entre dos y seis consejos generales (dirige actualmente 51 de les 101 departamentos).

Los pequeños partidos, marginados. El Frente Nacional no debería dar lugar a sorpresas en estos comicios, ya que atraviesa grave apuros de financiación a raíz de sus malos resultados cosechados en las elecciones estatales de 2007, lo que hace que sólo presente listas en 80 ciudades.

Por su parte, comunistas y ecologistas parecen condenados a las alianzas con el PS, incluso a costa de renunciar para ello a primeros puestos de alcaldía.

Entre el centenar de ciudades que todavía conservan los comunistas, una veintena de ellas asistirán a unas primarias de izquierda, al haberse presentado candidatos socialistas que aspiran a imponerse como el aspirante único de la izquierda en la segunda vuelta, a costa de destronar al alcalde comunista saliente.

El único partido de izquierda que salió airoso de las elecciones de 2007, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) anunció en enero su proyecto de disolución a lo largo de 2008 para dar lugar a una nueva formación anticapitalista. Su jefe de filas, Olivier Besancenot, ha hecho un llamamiento a poner en marcha ese proyecto constituyente a partir de comités locales, precisamente, «apoyándonos en la campaña municipal, que es el referente más cercano del debate político».

En el centro, el MoDem de François Bayrou ha optado en algunos casos por ir en alianza, bien con el PS bien con la UMP, desde esta primera vuelta, aunque en la mayoría canjeará por cargos su apoyo a unos u otros en función de los resultados de hoy. Y es que en el sistema electoral francés, la única opción que queda a los partidos intermedios es buscar alianzas con las dos grandes formaciones, a fin de hacerse con unos cuantos cargos electos y obtener las contraprestaciones financieras correspondientes.

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