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Los cambios de marea impiden extraer el combustible del mercante Maro

Los cambios de marea que modifican constantemente la posición del mercante Maro, encallado desde la noche del jueves en las proximidades del puerto de Pasaia, dificultaron ayer cualquier labor no sólo ya de reflotamiento sino de extracción del combustible del buque.

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El capitán del Maro, el único de sus siete tripulantes que continuaba en este buque encallado desde el jueves en las proximidades del puerto de Pasaia, fue evacuado sobre las 10.30 de ayer, por lo que durante el sábado sólo permanecieron a bordo una decena de técnicos que se dedicaron a estudiar su posible reflotamiento.

El principal objetivo de los técnicos en este momento es, en cualquier caso, la extracción del combustible del barco. Sin embargo, según informó Salvamento Marítimo, en varias ocasiones se estuvo ayer a punto de iniciar la extracción de las 54 toneladas de gasóleo y 2,6 toneladas de aceite que porta el mercante, pero no pudo llevarse a cabo porque los cálculos que los expertos realizan debieron ser constantemente modificados por el cambio de la marea.

El viernes se estudió la posibilidad de que el Maro, de 96 metros de eslora y con bandera de La Antigua y Barbuda, fuera reflotado con la pleamar de la tarde, pero finalmente se desistió porque el mercante carecía de estabilidad suficiente para ser desencallado «por medio de los remolcadores desplazados» y podría haberse hundido, explicó la Subdelegación del Gobierno español en Gipuzkoa.

Esta fuente aclaró, además, que el barco tenía inundada la cámara de máquinas y que en las bodegas había «una cantidad importante de agua».

En la zona se encuentran diferentes recursos de rescate como el remolcador Alonso de Chaves, la embarcación Salvamar Orión y el helicóptero Helimer Cantábrico, mientras que el avión Sasemar-102 sobrevoló el área para localizar posibles focos de contaminación.

El Maro, que se dirigía en lastre desde Baiona hacia el puerto de Pasaia para cargar productos siderúrgicos, encalló la noche del jueves junto a la costa del monte Jaizkibel, a dos millas del Cabo Higer, entre el puerto de Pasaia y Hondarribia.

El último suceso, en 2006

El mercante sufrió un fallo en las máquinas que le dejó con la mitad de popa apoyada sobre una gran roca, impacto que provocó algunos daños en la estructura de la nave como una muy pequeña vía de agua y una ligera fisura en el tanque del combustible que ocasionó una ligera pérdida de gasóleo y una mínima contaminación en torno al buque.

El último suceso de estas características en la costa vasca tuvo lugar en diciembre de 2006. El día 8 de ese mes, un pesquero de 35 metros de eslora, que rompió amarras en el puerto de Ondarroa, quedó encallado en la playa de Saturraran, convirtiéndose durante unos días en todo un atractivo turístico para paseantes y para los visitantes foráneos que se acercaban hasta esa zona. Finalmente, el buque fue desmantelado, al no poder ser reflotado.

En cualquier caso, estos accidentes marítimos no son frecuentes en nuestro litoral

Miles de peregrinos participaron ayer en la segunda Javierada de 2008, que concluyó por la tarde tras la celebración del Via Crucis desde Zangotza y, posteriormente, con la ceremonia religiosa en la explanada del Castillo de Javier. Cruz Roja atendió a un total de 640 personas.

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