GARA > Idatzia > Mundua

CRÓNICA | Pérdida de confianza

El SPD ahonda en su crisis

El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) está pasando el peor momento de su historia: los sondeos han detectado un mínimo histórico, el electorado no se fía de él ni de su presidente, y su mayor rival, el partido socialista Die Linke se está acercando y consolidando como tercera fuerza política.

p028_f01_148x104.jpg

Ingo NIEBEL | COLONIA

En la actualidad son los sondeos los que determinan la política y no un determinado programa ideológico. El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) está experimentando estos días en carne propia lo que supone copiar actitudes procedentes de EEUU. A veces estas recetas funcionan en el Viejo Continente, pero también puede salir el tiro por culata. El presidente del SPD, Kurt Beck, dispara sus declaraciones como un cañón mal regulado. La consecuencia es que no se sabe a dónde van a los tiros y, en el peor momento se queda corto, diezmando sus propias filas.

La intención de Beck era abrir fuego contra Die Linke, una fuerza emergente liderada por Oskar Lafontaine, ex presidente del SPD que desertó de sus filas para fundar una nueva formación cercana a las posturas socialdemócratas de los años 70 y 80. Hasta hace poco, el SPD de Beck atacaba verbalmente a Die Linke para evitar que pudiese emerger en el oeste alemán. La estrategia le salió mal: en tres elecciones regionales entre enero y febrero el nuevo partido logró superar el límite del 5%. En el Estado federal de Hesse, sus cargos electos podrían apoyar un Gobierno minoritario formado por el SPD y los Verdes.

Cambio de rumbo

En la campaña electoral, la candidata socialdemócrata Andrea Ypsilanti rechazó rotundamente la colaboración con Die Linke, pero el panorama cambió radicalmente tras perder la Unión Demócrata Cristiana (CDU) el 13% de los votos en las elecciones, dejando libre el camino a Ypsilanti en caso de que decida recurrir a los votos de los socialistas. El «no» de la socialdemócrata se convirtió en un «quizás» cuando su presidente Beck y el comité regional le dieron luz verde para entablar conversaciones con los poco queridos camaradas de la izquierda.

Sin embargo, el número uno del SPD eligió un mal momento para anunciar su cambio de rumbo, al hacerlo en plena campaña electoral en Hamburgo. Su brusco viraje tuvo un efecto de «fuego amigo» sobre su partido, que perdió valiosos puntos para hacerse con el Gobierno regional, apoyado por los Verdes. Beck evitó el gran enfrentamiento declarándose enfermo. Durante dos semanas no apareció en público, ni participó en la discusión que se desató en el seno de su formación. Parece que sólo Fidel Castro sabe cómo hay que jugar en este sentido para desconcertar a enemigos políticos y a medios, al alemán le salió mal la maniobra.

El mayor problema del SPD es que ha perdido la cohesión interna, lo que aprovecharon los medios de comunicación para presentar a los «Stones» como los posibles sucesores de Beck. Con este apodo se referían a los ministros de Exterior y Economía, Franz Walter Steinmeier y Peer Steinbruck, respectivamente, cuyos apellidos empiezan con la palabra alemana «stein» (piedra), o sea, «stone», en inglés. Tras dos semanas de silencio, Beck volvió a hablar en público para poner las cosas en su sitio. Los «Stones» no se atrevieron a hacer frente al presidente. Tampoco hizo falta, porque en Hesse se fraguó una intriga contra él pero apuntando a Ypsilanti.

Vuelta atrás

En Wiesbaden, la diputada socialdemócrata de Hesse Dagmar Metzger dijo públicamente, que ella no votaría a la candidata principal del SPD, si Ypsilanti era elegida con el apoyo de Die Linke. El golpe fue fuerte. Ypsilanti se entrevistó con la rebelde, pero no logró ningún acuerdo. Beck tampoco consiguió convencer a Metzger para que cambiase de opinión. Dado que sin su compañera de partido, Ypsilanti sólo tendría un voto más para ser elegida, optó por retirar su candidatura, ante el peligro de que surgieran más desertores. El punto sobre la «i» en esta cuestión la puso Beck al anunciar de nuevo -y rotundamente- esta semana que no colaborará con Die Linke.

Esta actitud ha contribuido a que los sondeos den actualmente al SPD el 23% de los votos, frente al 38% que alcanzaría la CDU. Die Linke lograría el 14%; los Verdes, el 11%, y los liberales, el 9%.

Kurt Beck quiere viajar por el país, visitando a los comités regionales y locales, para asegurarse su confianza. Pero el 54% de los alemanes ya no cree al jefe del SPD.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo