Juan Bengoetxea Médico
MLNV
Como buen médico, Juan Bengoetxea nos receta pequeñas píldoras que nos ayuden a entender mejor la situación que vive Euskal Herria. Píldoras entre conceptuales, históricas y literarias que buscan ayudar a los «pacientes» vascos -doblemente pacientes, por su paciencia y por padecer la enfermedad crónica de los Estados que les oprimen-. Bengoetxea diagnostica que no hay medidas paliativas, tan sólo «la respuesta y el compromiso individual».
Guerra.- En la hipócrita civilización cristiana occidental la implicación de civiles en la guerra es una constante. Gernika, Dresde, Hiroshima, Irak... Los ejércitos tienen por cometido ganar la guerra. No importa que muchos soldados mueran, ni importa que mueran civiles, que se destruyan familias, estructuras, cultivos,cultura.. Lo que importa es el resultado final: ganar la guerra. Utilizar todos los medios para conseguir el fin. Desde siempre, los Estados y los Pueblos que han empuñado las armas han afirmado hacerlo por una causa justa y se acusa al enemigo de sostener una causa injusta. Se trate de «guerra contra el terrorismo» o de cualquier otra forma de conflicto la derrota basta para probar la culpabilidad de los vencidos. El problema vasco existe porque en 200 años no se ha ganado ninguna guerra. Los vencedores se reciclan y reivindican para ellos en Euskal Herria lo que Francespaña niega a Nafarroa: reconocimiento de minoría oprimida y libertad de decisión.
Sofisma.- En España se utiliza un silogismo falso, Francia lo sabe y se beneficia. Razón de estado. ETA = terrorismo, Batasuna = ETA; luego Batasuna = terrorismo. Conclusión errónea por la falsedad de las premisas. Después se sigue con las proposiciones, Batasuna = EHAK = EAE = izquierda abertzale, para finalmente llegar a la afirmación que previamente se postulaba de que «el separatismo vasco» que busca la independencia de Nafarroa es terrorismo. Es y está dirigido por ETA. Interesadamente no diferencian entre organización armada, personas, o colectivos con igualdad de fines y diferencia de medios, porque lo que buscan no es el fin de ETA sino el del movimiento abertzale.
18/98.- El lenguaje de guerra permite la ausencia de garantías jurídicas, creen «que hacen bien», basta su certeza moral. Hermeneútica. Se cataloga al acusado como más o menos del entorno, terrorista al fin y al cabo, y como tal enemigo depravado «la pena ya no se aplica a las personas terroristas sino al terrorismo». Los terroristas sin armas lo son en «potencia», y defender activamente la independencia deviene en colaboración. Combatir el pensamiento peligroso es, también ahora, medicina preventiva. No hace mucho se oyó que «las ikastolas son el semillero de ETA». Además el concepto terrorista lleva parejo negarse a reflexionar si la otra parte presenta alguna cuestión digna de tenerse en cuenta, pues considerarlo terrorista presupone que no busca otro fin, lícito o no, que no sea sembrar el terror. El entorno es igualmente culpable, dicen, porque se abstiene en la condena y supone oxígeno para la lucha armada. En Vietnam al final todos eran Vietcong. «Para poder salvar a este pueblo tendremos que destruirlo».
Tortura.- Para que las drogas modifiquen el comportamiento, produzcan dependencia, deben tener un efecto rápido. Acción-reacción. Skinner comprobó la efectividad del palo y la zanahoria si son inmediatos al hecho que se quiere condicionar. Justo después de sonar la campana. Francespaña lo practica. Junto a la alarma social que produce la «tortura evidente» inmediatamente aparece el beneficio de haberla practicado. Se han evitado muertos. Los españoles justifican la tortura con el MLNV porque han aprendido, les han enseñado, que el fin que produce es bueno. Paulov.
Prisioneros.- El obispo Ernulfo de Rochester escribió en su bula de excomunión, «...que sea maldito en todas las facultades de su cuerpo, que sea maldito interior y exteriormente. En el pelo de su cabeza, en su cerebro y en su vértice. En sus sienes, en su frente, en sus orejas, sus dientes y muelas, sus labios, su garganta, sus hombros, sus muñecas, sus brazos, sus manos, sus dedos. Que sea maldito en su boca, en su pecho, en su corazón y en su vientre incluidas vísceras y estómago. Que sea maldito en sus riñones, en sus ingles, en sus muslos y en sus genitales, y en sus caderas y en sus rodillas, sus piernas, sus pies, sus uñas. Que sea maldito en todas las coyunturas de sus miembros desde la cabeza hasta las plantas de los pies». Tal es el sentido de la llamada doctrina Parot. François de la Noue, capitán de Enrique de Navarra, escribía «Qui croira à la justice de votre guerre si elle est faite sans mesure?». Odio y venganza en la ley con los vascos a los que se aplica una inquisición actualizada que busca con la dispersión y las leyes específicas la aniquilación de la persona. No matan, hacen prisioneros.
Supremo.- Se atrevieron a cerrar «Egin» y no pasó nada, y siguieron, y siguen ,y vieron que podían, pueden, atreverse con el MLNV porque no pasa nada. Aguantar la inmediatez de una huelga y manifestación. Y punto. El PNV, insolidario, intenta parar el tema Atutxa para proteger a Ibarretxe. Teme que se atrevan. Hace tiempo que ha entendido el juego del poder y sabe que, aunque sólo «huela a independencia», el plan sobra. Los partidos legales hacen ostentación de aceptar las reglas para entrar a jugar. Amagan, pero el poder sabe que nunca se atreverán a ir contra él porque él es el que hace la ley. La esperanza no está en los políticos, sólo atentos a sus intereses de partido, sino en la respuesta y el compromiso individual.
Proscritos.- ¿Qué salida queda al independentismo navarro? Francespaña quiere demostrar que ni con ETA ni sin ella puede liberarse Nafarroa. Cerrada la puerta del diálogo, con la izquierda abertzale cautiva, con los partidos independentistas legales sin rumbo y al garete, con los nacionalistas inmovilizados por la obesidad mórbida de sus michelines, la España «una» del PPSOE promete mantener graduación y soldada a los nacionalistas. Se presta a reeditar la Bergara del diecinueve. Perder toda esperanza. ¿Qué tienen que hacer los independentistas? ¿Dónde está la llave? Un viejo amigo defendía el otro día la seguridad de que más pronto que tarde va a aparecer la libertad. Algo así como cuando en el Ori de repente se disipa la niebla, divisas al fondo Santa Grazi y se te hincha el pecho viendo Nafarroa. Lo comparaba con la importancia que, a posteriori, tuvo la caida del muro de Berlín y la sorprendente trasformación e inesperado estallido de la URSS tras el fracaso de la «soberanía limitada». «Ilustres hijos de Aitor, todavía no ha llegado su hora, no defrauden sus esperanzas. Tal vez no esté muy lejano el día en que un vascón, dirigiéndose a la cúspide de los Pirineos proclame con voz potente la era de la liberación y de la libertad de los pueblos». Ese día alumbrará, tengan paciencia. Pero si nuestro consejo no les basta, vayan a visitar la tumba de Zumalakarregi. Sobre su cabecera de mármol glaseado tal vez les diga como a nosotros, alzando su frente coronada con brillo indeleble: «hijos de héroes, valerosos compatriotas, tened paciencia, aguantad, no confiad». Curioso el consejo que Xaho atribuye al tío Tomas, un absolutista que fue capaz de convertir en ejercito la guerrilla de su pueblo y que creía que las guerras son ganadas por soldados cansados.