Según pasan los días, las interpretaciones de los resultados electorales se complican más y más, se retuercen, giran sobre sí mismas y se estiran hasta el infinito. De hecho, al igual que ocurre con las encuestas, estamos en medio de otra batalla, casi tan importante como la que se libra el día de los comicios. ¿Quién gana o quién es capaz de que los demás crean que gana? Sólo pierde el que no puede convencer a nadie de su «victoria». La abstención en Euskal Herria carece de relevancia política. El PP no ha sido derrotado: gana votos y escaños, y les ha ido maravillosamente bien en las elecciones. En esta ocasión los votos que el PNV ha perdido no tienen trascendencia política: esto no era un plebiscito sobre la línea de este partido. No se pueden comparar elecciones al congreso y senado con las autonómicas y municipales, dicen desde Nafarroa Bai, olvidando que ellos sí las compararon hace un año cuando esa comparación les era favorable. Perder un diputado o no haberlo logrado cuando se afirmó públicamente que ese era el objetivo, pequeñeces. Valorar el posible efecto del atentado de Arrasate en los resultados del PSOE es una infamia. La victoria de Rodríguez Zapatero es el fruto de sus excelencias, no un rechazo a otros.

En este contexto, donde muchos quieren ganar a golpe de gráfico lo que perdieron en las urnas, han llamado mi atención dos reflexiones encontradas en los periódicos españoles «El País» y «La Razón». Mientras el medio de Prisa, en un gesto muy poco habitual, ofrecía un acuse de recibo del éxito de la abstención política impulsada por la izquierda abertzale, el periódico de extrema derecha rechazaba la idea de que tras el triunfo del PSOE haya un apoyo social al proceso. Apuntaba, como suele hacerse en estos casos, a supuestos expertos antiterroristas, según los cuales Zapatero ganó más bien por sus últimas acciones represivas. Tras el 9 de marzo el nacionalismo español sigue dividido y en crisis, y si llama la atención que «El País» diga que la izquierda abertzale ha rentabilizado su apuesta por la abstención, es clarificador que «La Razón» plantee la cuestión en términos de aval o no a una solución política.

Mensaje de fuerza de la izquierda abertzale a un PSOE al que «La Razón» quiere explicarle por qué ha ganado las elecciones. Curioso.