El obispo de Donostia, Juan María Uriarte, considera que aunque «las soluciones no siempre son posibles, sí lo son acuerdos honestos dictados por la equidad y la voluntad de entendimiento», por lo que hay que «aprender a gestionar los conflictos sin tener siempre la ambición de soluciones definitivas». Uriarte se dirigió de esta forma a los varios miles de personas que participaron en la tradicional Marcha Diocesana a Arantzazu, que partió a las 9.00 de Oñati y concluyó al mediodía en las campas de Arantzazu.

En su mensaje, el obispo de Donostia se refirió a «la espina de una Paz ardientemente anhelada» que «parece alejarse o acercarse de un año para otro», sin dejarse «alcanzar por nuestras manos orantes y activas».

En este sentido, lamentó que «cada vez se hacen más intolerables y abominables tragedias», en referencia al atentado de ETA la pasada semana que costó la vida al ex concejal del PSE en el Ayuntamiento de Arrasate Isaías Carrasco. A pesar de ello, dijo que la sociedad sigue «esperando sin desmayo, y hoy toca orar por la paz, mañana, trabajar por ella».

El obispo recordó que la «esperanza que domestica nuestros miedos no nos dispensa de la tenacidad, de la flexibilidad, de la sagacidad, de la generosidad, de la abnegación y de la tasa de renuncia que son necesarias para un entendimiento que nos encamine a una reconciliación duradera».

Por último, instó a la sociedad a «aprender a gestionar los conflictos sin tener siempre la ambición de soluciones definitivas».