«Te daré la tierra» cuenta la vida de un joven campesino, Martí Barbany, que llega a la Barcelona del siglo XI huyendo de la pobreza y logra convertirse en un personaje prominente. En este punto, su vida se entrelaza con la del conde de Barcelona, Ramón Berenguer I, cuyos devaneos amorosos hacen peligrar la estabilidad de la ciudad condal. Una novela con la que Chufo Lloréns pretende «enganchar» a los lectores y sumergirles en las luchas e intrigas propias de aquella época.

¿Qué quiere contar en «Te daré la tierra»?

Más que contar es cómo quiero captar la atención del público. Para ello, lo primero que tiene que hacer un escritor es buscar una época en donde los sucesos sean muy importantes, y el marco del siglo XI es apasionante. En esa pequeña historia de ese siglo catalán la realidad supera a la ficción.

El comercio está muy presente en la trama.

Evidentemente. La raíz fenicia del catalán que comercia, que exporta e importa, está muy presente en la novela. Yo he querido reflejar una forma de ser que hizo que Barcelona, que entonces era una ciudad-estado, fuera la primera que diera una nueva categoría a un ente social: los ciudadanos. Por aquel entonces, además de los poderes feudales, representados por el conde y el clero, existían los ciudadanos. Y llegar a ser ciudadano de Barcelona conllevaba tantas ventajas y tanto prestigio que la lucha por serlo era tremenda. Y esa lucha es lo que pauta la novela. Lógicamente, con sus amores y desamores, con las venganzas y el odio...

El papel de la mujer...

Importantísimo. De hecho, en esta novela no hay una, sino cuatro heroínas. Yo no soy feminista sino femininista porque no entiendo la paridad de los cargos. Considero que el cargo debe ocuparlo el mejor. Y la mujer tiene muchísimas cualidades por encima del hombre, porque está hecha así. Por eso entiendo que debe ocupar el lugar que le corresponde.

En la novela se puede apreciar cómo va creciendo la ciudad condal...

En aquel siglo, la ciudad ya alcanzaba los 2.500 habitantes y, en aquella época esa cifra suponía un desorden y un caos tremendos, por eso se va abriendo la muralla romana antigua y se van haciendo los rabales, que después se engloban en la muralla. El título del libro es una frase bíblica que compara el valle que se abre a los pies del Tibidabo, que es la Barcelona actual, con el jardín del Edén. En la tradición, es el diablo quien tienta a Jesús y enseñándole este valle, le dice: `si me adoras te daré esta tierra'.

Ha pasado cuatro años documentandose y escribiendo este libro.

Uno y medio documentándome y tres escribiendo el libro. Entiendo que la novela histórica debe ser así, por eso soy poco prolífico, porque me da mucho trabajo investigar. Hay quienes escriben un libro cada año y medio, claro, pero ahí debe ser el público quien decida qué es novela histórica y qué es otra cosa. Porque es cierto que, hoy en día, se saca una novela con muy poco material que no tiene nada de histórico.

Es una novela histórica y muy descriptiva.

La principal virtud de un libro es enganchar. Si un libro no engancha, déjalo. Mi máxima ambición es que el libro prenda. Cuando alguien pregunta si un libro es bueno o malo, lo mejor es empezar a leerlo y, si a la de 50 páginas no ha enganchado, dejarlo.

¿Cómo nació la historia?

Cuando acabé «La saga de los malditos», no tenía un tema claro hasta que encontré la historia de la región Septimania, tan novelesca, tan curiosa, tan de Alto Medievo, la historia de ese tramo de tiempo. Y la trama surgió cuando leí la vida de Ricard Guillen, en cuya historia está basado mi protagonista, Martín Barbany.

El libro «La catedral del mar» de Ildefonso Falcones también está ambientado en Barcelona...

No tienen nada que ver. Por poner algún ejemplo, aquí el protagonista llega a Barcelona cuando es un hombre, no en pañales. Además, el poder lo ostentan los condes de Barcelona, no el rey de Aragón. Esta novela estaba empezada tres años antes de que se publicara la otra, la única coincidencia es haber elegido la misma ciudad, aunque yo no la escogí por ser Barcelona, sino porque la influencia del siglo XI incide sobre esta ciudad fundamentalmente.