La ONU ha enviado una carta a los gobiernos de los países más ricos advirtiéndoles de que si, en el plazo de cuatro semanas, no donan al menos 500 millones de dólares, se verá obligada a racionar la ayuda alimentaria que reciben 73 millones de personas en todo el mundo.

«Instamos a los gobiernos a mostrar la máxima generosidad para ayudarnos a colmar el agujero, que era de 500 millones el 25 de enero y que no hace más que crecer diariamente», subrayó en la misiva Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Alimentario Mundial (PAM).

La deuda actual de esta agencia de la ONU está entre 600 y 700 millones de dólares, tras la subida de un 20% en el precio de los alimentos, la llegada del barril de petróleo hasta los 100 dólares y la consecuente carestía del transporte.

Según los expertos, el aumento del coste de los alimentos se debe a una fuerte demanda de los países en desarrollo, a la presión demográfica, a la mayor frecuencia de las inundaciones, a las sequías provocadas por el cambio climático y a una creciente necesidad de cereales por parte de la industria de los biocombustibles.