Alberto Contador se adjudicó ayer la primera victoria de la temporada, al adjudicarse la contrarreloj de 9,7 kilómetros con la que comenzó la Vuelta a Castilla y León.

El corredor de Astaná se confirmó así como favorito para reeditar el triunfo del pasado año en esta prueba. Entre el resto de hombres llamados a estar entre los primeros, y a falta de que, en principio, la cuarta jornada sentencie la carrera, sólo su compañero Levi Leipheimer -segundo a cuatro segundos- y Samuel Sánchez -quinto a 19- se clasificaron entre los cinco mejores, mientras Menchov, Soler y Klöden perdían alrededor de treinta segundos y Sastre se iba hasta los 39.

Fue una prólogo dura, sólo apta para especialistas o corredores en forma, no tanto por la climatología -sólo hizo frío y algunos momentos de viento-, como por el propio trazado, que incluía un repecho inicial de un kilómetro, seguido de una serie de curvas peligrosas, alternadas con constantes subidas y bajadas. Una buena prueba, en definitiva, para los hombres que el viernes quieren acabar en el podio de esta carrera.

De momento, el primer paso ya lo ha dado Contador, que se reconoció «muy contento. Es bueno celebrarlo, aunque sin mucho menos olvidar que lo que quiero es estar en una carrera que no ha invitado a mi equipo. Pero que sirva por lo menos para demostrar que nuestro conjunto es de los tres más fuertes del mundo», reivindicó el vencedor del pasado Tour de Francia.

El madrileño admitió que es muy complicado, o directamente imposible, que Astana esté en Brest el próximo mes de julio, por lo que prefiere «no pensar» en la ronda gala, sino en «dar motivos para que el nombre de Astana se vea en lo más alto de los podios, aunque no sea en el mes de julio». «Lo único que quiero -añadió- es que la afición esté conmigo, con el equipo, y que, si este año al final el equipo no va al Tour, sigamos trabajando para llegar bien al siguiente».

Hoy, por otra parte, se disputa la segunda etapa, con 141,7 kilómetros entre Segovia y Ávila, en los que el viento puede convertirse en el principal obstáculo a superar por el pelotón.