Karsten Kroon se adjudicó ayer la segunda etapa de la Vuelta a Castilla y León. Una jornada resuelta al sprint pese a lo que hicieron presagiar los numerosos intentos de fuga a lo largo de los 141 kilómetros que separaban Segovia de Ávila.

No sólo los modestos buscaron la gloria. Corredores con aspiraciones en la general, como Samuel Sánchez, también intentaron aprovechar la empinada llegada a la capital castellana para rascar segundos, pero Alberto Contador respondió en ese último tramo al trabajo realizado anteriormente por su equipo y pudo aguantar con el jersey de líder.

Antes, Astaná sí había dado el visto bueno a los saltos que se habían ido produciendo a lo largo de la jornada. El más destacable llegaba a los cuarenta kilómetros, cuando Iván Melero, Alberto Rodríguez y Martín Mata se marchaban del pelotón para alcanzar una ventaja que, en el Alto dela Cruz del Hierro, llegó a rondar los tres minutos. Poco después se les unían Mikel Nieve, Antonio Redondo, Enrique Salgueiro y Daniele Nardello, pero ni su escasa relevancia en la general, ni la cercanía de la meta fueron suficientes para que culminase su aventura.

A 18 kilómetros de Ávila se los tragaba el pelotón que, con el trabajo de Astana al frente, ya no permitía más sobresaltos hasta que, llegados al empedrado, saltaba Samuel Sánchez, seguido por David De la Fuente. Pero para entonces eran los equipos con velocistas los que se habían adueñado de la situación y neutralizaron también este intento, permitiendo que Alberto Contador mantuviera el liderato sin problemas.

Tampoco debería tenerlos hoy, en la tercera etapa, entre Valladolid y Urueña, llana y en la que los problemas pueden llegar por el viento.