La OTAN prosigue con su ampliación pero se tienta la ropa ante el Oso ruso
Pese a que la Guerra Fría terminó ya hace 20 años, la OTAN seguirá con su ampliación, esta vez hacia los Balcanes, aunque con la excepción de Macedonia. No obstante, las aspiraciones de Bush de acelerar el ingreso de Ucrania y Georgia, repúblicas ex soviéticas, chocaron con la realidad del recuperado peso de Moscú en el mundo. EEUU logró, en cambio, compromisos verbales en torno a su guerra en Afganistán y su escudo antimisiles a las puertas de Rusia.
Dabid LAZKANOITURBURU |
La OTAN, la Alianza Militar occidental creada en plena Guerra Fría oficialmente para «contrarrestar la amenaza soviética», continuará ampliándose, esta vez hacia los Balcanes, cerca de 20 años después de la caída del «socialismo real» en Europa.
Los 26 aliados, reunidos en la cumbre de Bucarest, acordaron lanzar ayer la sexta ampliación de la historia de la OTAN, invitando a Croacia y a Albania a su adhesión, que se formalizará el próximo año.
Tras la invitación oficial, ambos países -cuyos líderes políticos fueron invitados ayer a entrar en la sala donde se celebraba el Consejo Atlántico y ocupar los lugares de honor, deberán ratificar el fundacional Tratado de Washington y cada uno de los aliados deberá ratificar su adhesión, proceso que durará un año. Este tratado estipula que la Alianza está abierta a toda «democracia» europea que lo desee y que cumpla con los criterios exigidos.
Fundada en 1949 y privada de su «razón de ser», la OTAN insiste en atraerse a los países del antiguo Bloque Oriental cuyos gobiernos suspiran, por lo general, por ligar su seguridad a la de Occidente y por integrarse en todas sus estructuras.
La última ampliación, en 2004, acogió en el seno de la OTAN a siete países «post-comunistas, incluidas las tres repúblicas bálticas ex soviéticas.
No bstante, la cumbre de la OTAN no pudo extender la invitación a Macedonia que, al igual que Croacia, formó parte de la Yugoslavia titista y no alineada.
El veto de Grecia impidió este paso aunque el comunicado final de los aliados insiste en que cuando la cuestión sea resuelta, Macedonia será invitada formalmente a las últimas negociaciones antes de su ingreso.
Macedonia tiene el mismo nombre que un enclave del norte de Grecia. Atenas aduce que la coincidencia lleva en su origen el germen de reivindicaciones territoriales de la Macedonia histórica, que incluye terri- torio en la actual Bulgaria.
No a Ucrania y a Georgia
Los aliados decidieron, por contra, retrasar hasta diciembre de este año cualquier eventual decisión para reconocer el estatus de candidatos oficiales para las repúblicas ex soviéticas de Ucrania y Georgia.
Los gobiernos prooccidentales de ambos países aspiraban a ser incluidos en el Plan de Acción para la Adhesión (MAP). Se trata de un proceso, inaugurado en 1999 con ocasión del medio siglo de la OTAN, y que tiene como objetivo ayudar a los aspirantes a la integración a que muestren sus capacidades para cumplir sus compromisos, entre ellos probar que se han dotado «de un sistema político democrático fundado sobre la economía de mercado».
Frente a la unanimidad en todos los procesos de ampliación hasta la fecha, y pese a las fuertes presiones del presidente saliente de EEUU, George W. Bush, el Estado francés y Alemania han liderado la oposición a dar una fuerte señal de este tipo a ambos países y sobre todo a Rusia, que considera esta posibilidad un casus belli.
Eso sí, la cumbre lanzó un mensaje animando a ambos países a proseguir con sus reformas y prometiéndoles que podrían, algún día, integrarse en la Alianza militar.
La congelación del proceso -la OTAN invitó a Kiev y a Tbilissi a un «diálogo reforzado»- supone un fracaso para un Bush necesitado como nunca de grandes golpes de efecto que mitiguen su nefasto legado.
Bush eludió en su discurso de ayer toda mención a ambos países aunque insistió en su proyecto de proseguir la ampliación de la OTAN con más «países liberados».
La Casa Blanca anunció que Bush volverá a la carga en enero, antes de su definitiva retirada.
Mercadeo y gestos
Los analistas discrepaban ayer sobre el alcance de este parón y de la consiguiente victoria, siquiera táctica, de Rusia.
Bobb Ayers, experto en seguridad internacional del Instituto Chatham House de Londres lo tiene claro: «Rusia ha logrado su objetivo. El dossier será reexaminado en el futuro pero estoy seguro de que el resultado será el mismo», asegura.
A su favor está el hecho de que, incluso si logran el estatus de MAP (antesala de las negociaciones técnicas para la adhesión), este proceso no tiene límites temporales y puede, en teoría, aquilatarse sine die.
Para Vladimir Kornilov, director de la filial ucraniana del Instituto de países de la CEI (ex repúblicas soviéticas), es la «mayor victoria de la diplomacia rusa en el último decenio».
Evgeni Volk, de la fundación Heritafge, matiza que la victoria de Rusia es «relativa, porque el proceso de integración de Kiev y de Tbilissi es irreversible». Constata que ha habido «elementos de mercadeo. Rusia ha aceptado cooperar más con la OTAN en Afganistán, ha dulcificado su posición en torno a la crisis del gas con Ucrania y ha reabierto el tráfico aéreo con Georgia. Son señales que han sido bien acogidas en Occidente».
El politólogo ruso Stanislav Belkovski añade elementos interesantes a la hora de explicar la evasiva a Ucrania y a Georgia. Así, destaca que para Bush, quien será recibido el fin de semana en Sochi por el presidente ruso, Vladimir Putin, «es importante obtener la luz verde a su escudo antimisiles en Europa». Así, «aspira a permitir que Putin salve la cara. Ucrania y Georgia tendrán su MAP tarde o temprano, pero para Putin es importante que no ocurra bajo su mandato», que expira en breve, añade el analista.
En tercer lugar, Belkovski justifica la firmeza de París y Berlín por su «temor a un refuerzo de la influencia americana en el seno de la Alianza con la entrada de nuevos miembros y el debilitamiento de la Vieja Europa».
Moscú mantuvo ayer un perfil bajo en plena cumbre aliada. El viceministro ruso de Exteriores, Alexandre Grouchko, insistió en que la adhesión de Georgia y Ucrania a la OTAN sería «un gran error estratégiico que tendrá las consecuencias más graves para la seguridad en Europa».
Los gobiernos de Tbilissi y Kiev se aferraron a las «promesas» de la OTAN para poner al mal tiempo buena cara.
No obstante, expertos como Viktor Tchumak, del Centro Internacional de Estudios Políticos de Kiev, destacaban el desplante de Europa al presidente pro-occidental, Viktor Yushenko, y a su estrategia para acelerar las reformas.
Proyectos centrales de Bush
La Casa Blanca destacó, por contra, el respaldo de los Aliados al escudo antimisiles que EEUU insiste en instalar en Polonia y en la República Checa.
Filtró que el comunicado final de la cumbre reconocerá la «sustancial protección» que el escudo otorgaría a Europa frente a hipotéticas amenazas desde Oriente Medio.
Los expertos militares de la OTAN analizarán vías para vincular el proyectado escudo estadounidense «a los sistemas defensivos antimisiles actuales y futuros de la Alianza» y presentarán sus recomendaciones en la cumbre del próximo año.
El Pentágono planea desplegar 10 lanzaderas de misiles interceptores en Polonia y un radar en la República Checa.
Respondiendo a la dramática petición de Bush, los aliados se comprometieron en una declaración común a incrementar sus efectivos en Afganistán, a compartir los esfuerzos de las operaciones militares y a limitar las restricciones a la utilización de sus tropas contra la resistencia talibán, buscaba, asimismo, el mayor compromiso posible de los aliados para enviar más tropas a Afganistán.
Faltaba por ver la concreción de ese compromiso, habida cuenta de la renuencia de los aliados a implicarse más en el avispero afgano.
El Estado francés ha prometido el envío de un batallón, alrededor de 800 soldados, a desplegar en el este del país.
EEUU y la República Checa anunciaron un acuerdo sobre la implantación de elementos del escudo antimisiles, en concreto una estación de radar. No obstante, anunciaron su firma para el mes de mayo.
La delegación de Macedonia abandonó apresuradamente la cumbre para protestar contra el rechazo de los aliados a invitarla a la integración por el veto de Grecia. Eso sí, agradecieron el esfuerzo al presidente Bush.
El presidente de Rumanía y anfitrión de la cumbre, Traian Basescu, anunció que la OTAN ha ofrecido a Serbia pasar de ser Socio por la Paz al «diálogo intensivo», segundo estadio en el acercamiento hacia la Alianza.
El ex presidente soviético Mijail Gorbachov advirtió a EEUU sobre su intención de atraer a la OTAN a Ucrania, lo que tildó de «juego geopolítico peligroso». Recordó que la mayoría de la población de Ucrania está en contra.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, confirmó ayer en Bucarest su proyecto de reintegrar al Estado francés en el comando militar integrado de la Alianza Atlántica en la próxima cumbre de la OTAN en Estrasburgo-Kehl en 2009.
«Cada cosa a su tiempo», respondió el actual inquilino del Elíseo a un periodista que le preguntaba si el Estado francés se integrará en la próxima cumbre aliada a esta estructura militar, que abandonó el general De Gaulle en 1966.
Y es que, en un intento de hacer tragar el sapo a la opinión pública francesa, Sarkozy vinculó esta decisión a avances en la llamada Europa de la defensa. «Lo repito. Ambos pasos deben darse en el mismo tiempo; no habrá uno sin el otro».
En la versión escrita del discurso de Sarkozy a los aliados en la cumbre, el presidente mostraba su disposición a «tomar todas las decisiones necesarias para que Francia tome todo su lugar en las estructuras de la OTAN» en 2009, «tras la Presidencia francesa de la UE» que culmina en diciembre de 2008.
El Elíseo aseguró que Sarkozy no leyó finalmente este párrafo y que se limitó a anunciar que una decisión en este sentido podría tomarse en la cumbre de 2009 en la frontera francoalemana.
«Hay una posibilidad en esa cumbre», que marcará el 60 aniversario del Tratado de la OTAN, anunció la misma fuente del entorno presidencial.
En su comparecencia junto a la canciller alemana, Angela Merkel, Sarkozy puso el acento en el, a su juicio, compromiso del presidente Bush de sostener el refuerzo de la idea de la Europa de la defensa.
«El presidente de EEUU ha hecho esta mañana (por ayer) una declaración sobre la importancia de la Europa de la defensa que, en mi opinión, constituye un giro histórico en la política de EEUU», anunció.
«Por boca del presidente de EEUU, es un gesto que esperábamos, que hay que remarcar y que muestra su comprensión del futuro de Europa», interpretó Sarkozy.
EEUU y Gran Bretaña se han mostrado hasta la fecha muy renuentes a la idea de un refuerzo de las capacidades militares de la Unión Europea. Aducen su temor a que ello redunde en una colisión con las necesaidades de la OTAN .