El reverendo baptista Martin Luther King nació en el seno de una familia religiosa y de clase media. Su oratoria y ánimo incansable contra la injusticia de la discriminación racial le convirtieron en portador de la antorcha de los derechos civiles estadounidenses durante más de una década.

Durante toda su vida, dio muestras de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. En el momento de su muerte, el movimiento de protesta pacífica se enfrentaba a la impa- ciencia de grupos más jóvenes que proclamaban el «poder negro» y bordeaban el recurso a la violencia.

Convertido en pastor, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en Montgomery, donde al poco de llegar organizó un masivo boicot contra la segregación en el transporte.

La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense. Desde entonces, visitó varias veces la cárcel y, en 1963, impulsó varias marchas multitudinarias contra la discriminación racial.

En 1964, se convirtió en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz.

En la tarde del 4 de abril de 1968, King, de 39 años de edad y padre de cuatro hijos, salió al balcón del Hotel Lorraine, el único de Memphis que aceptaba negros, a donde había acudido para apoyar una protesta de los trabajadores de la limpieza.

Una bala disparada desde el otro lado de la calle le entró por la mejilla derecha y le alcanzó la columna.

Su muerte provocó disturbios en 125 ciudades de EEUU en los que murieron 46 personas y 26.000 fueron arrestadas.

James Eark Ray, acusado de su muerte, falleció en 1998 en prisión tras negar, primero, su culpabilidad, y declarar después que fue parte de un complot, lo que ha alimentado varias teorías de conspiración que incluyen desde la mafia a grupos supremacistas blancos y agencias del Gobierno.

En 1986, el presidente Ronald Reagan declaró el tercer lunes de enero Día de Martin Luther King y fiesta nacional para conmemorar el «logro» de los derechos civiles, lo que fue interpretado como un intento de desactivar su mensaje.