El avión enviado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para una hipotética asistencia a Ingrid Betancourt ya está en la base militar de Catam, en Bogotá. Ahora está a la espera de «un plan de vuelo». Mientras, los rumores y suposiciones sobre el estado de la ex candidata presidencial aumentan cada día. Ayer, su hijo volvía a hacer un llamamiento urgente y advertía de que su madre está al borde la muerte y necesita una transfusión de sangre. Otros hablan de que podría haberse declarado en huelga de hambre. Y el Elíseo mantiene en secreto los detalles de su plan. En este escenario, la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), que habitualmente se hace eco de los comunicados de las FARC, expresó sus dudas sobre las intenciones de Sarkozy y del presidente colombiano Álvaro Uribe. De este último, dijo que «se puede esperar todo», y de su alto comisionado para la paz, «lo infinito».

Sobre la mesa arrojó un sinfín de interrogantes: «¿A dónde irán los delegados de Sarkozy y los de la Cruz Roja?», «¿Quién les dará las coordenadas?» o «¿Quién los recibirá?». Para esta agencia, «extraña» que el mandatario francés sea «tan ingenuo» y que el CICR le acompañe en «tan peligrosa aventura».

Según desveló, fue una llamada de un miembro del Gobierno francés «la que permitió a EEUU ubicar el campamento de Raúl Reyes y bombardearlo». Tras subrayar que Sarkozy es de derechas y miembro de la OTAN, concluyó «no se puede confiar en ninguno de derechas».

Advirtió que «hasta para una liberación unilateral se necesita que las partes acuerden algún mecanismo» y «dejar una ventana abierta para comunicar con el `enemigo' para luego no andar desesperados».