Espacios juveniles: debate para decidir su modelo integrando distintas necesidades y funciones
La demanda de espacios para jóvenes sigue vigente pese a haber transcurrido más de 20 años desde las primeras reivindicaciones. Así es en Nafarroa y, considerando que ellos deben decidir cómo han de ser, organismos formados por jóvenes han decidido crear un debate en torno a los mismos y recibir aportaciones para tener en cuenta «todas las necesidades». Un grupo de trabajo está en ello, y recorrerán barrios y localidades para conocerlas «de primera mano».
Jasone MITXELTORENA
Iruñerriko Gazte Asanblada (IGA), Nafarroako Gazte Kontseilua (Consejo de la Juventud de Nafarroa) y la iniciativa Iruñerria Piztera Goaz se han reunido para crear un grupo de trabajo que pretende elaborar un documento que recoja las necesidades de la juventud y, en consecuencia, definir los requisitos con los que debe cumplir un espacio dedicado a los jóvenes. Una vez elaborado, el documento se presentará ante instituciones como los ayuntamientos, como responsables de ofrecer un espacio a la juventud. «Creemos que el de los espacios juveniles es un tema que preocupa a muchos jóvenes, no en vano, su demanda tiene ya muchos años de vigencia. Viendo que ahora se está optando por construir estos espacios, es el momento de valorar cómo deben ser, quién los debe gestionar... de lo contrario, nos vamos a encontrar con casas de la juventud para el consumo de actividades, sin cubrir necesidades».
Así lo explican desde el mismo grupo de trabajo, tras una mesa redonda llevada a cabo en Barañain. En la misma, la primera organizada hasta ahora, participaron jóvenes de la localidad debatiendo sobre lo que el Ayuntamiento les ofrece en la actualidad: Baragazte, gaztetxe y bajeras. Los que tomaron parte se decantaron, sin embargo, «por un espacio donde sean los jóvenes los que gestionen el espacio por encima de empresas privadas o ayuntamientos», según indicaron. Y es que parece imprescindible que, siendo un espacio dedicado a ellos, sean los jóvenes quienes definan cómo debe ser según sus necesidades y, al mismo tiempo, sean ellos los que los gestionen, adecuándose a su modo de vida. Por ello, critican que desde las instituciones no ofrezcan más que casas de la juventud: «son simples casas donde la juventud sólo consume el ocio que la empresa gestora privada oferta, no permitiendo que los jóvenes puedan hacer otras actividades o participar de su organización».
Abiertos para buscar «integridad»
Una vez aclarado este punto, situando sobre la mesa esta tema con la mención de las incesantes reivindicaciones a favor de espacios autogestionados como los gaztetxes, cabe preguntar las razones por las que se reprimen todas las iniciativas en ese sentido. Desde el grupo de trabajo lo tienen claro: «Quieren una juventud pasiva y que no dé problemas, que no se cuestione las cosas. Las gazte asanbladak y los gaztetxes son todo lo contrario, inconformistas y críticas, buscan la alternativa, y eso no les gusta. No lo permiten y recurren a lo que saben: la represión, que ha quedado claro que no es la solución». En tales circunstancias, parece perder sentido presentar algún proyecto ante los ayuntamientos. Pero estos organismos lo creen importante. «El borrador lo editamos desde diferentes organizaciones y técnicos de juventud con la idea de crear un modelo de gaztetxe para los jóvenes. La idea es trasladar ese modelo, con sus características de gestión y nacido de la opinión de los jóvenes; esperamos una respuesta importante por parte de ellos a la hora de elaborarlo, y de las instituciones que lo tomen en cuenta a la hora de rediseñar sus políticas de juventud».
En ese sentido, cabe destacar la unión de estos organismos, y que su intención es llegar también a los jóvenes que no participan en los esos movimientos, como pueden ser los del «fenómeno de las bajeras». A ellos se refieren para manifestar que «una apuesta que queremos hacer con este proyecto es acercarnos a ese tipo de juventud, que nos cuenten cómo ven los espacios juveniles, cómo creen que deben ser...». En definitiva, pretenden «con esta aportación y con la de los que trabajan en el ámbito de la juventud, -como son los técnicos y los concejales, o el propio Consejero de Juventud- elaborar un proyecto de espacio público juvenil que cubra sus necesidades íntegras». Para ello, se organizarán más debates en localidades como Atarrabia, Orkoien y Lizarra, donde «se recogerán de primera mano las peticiones de los y las jóvenes, y su opinión respecto a las casas de la juventud y los gaztetxes».